yécora. Un estudioso de elementos patrimoniales de Yécora, José Ángel Ayala Campinún, recuerda que el trujal de este pueblo es un edificio singular y desapercibido que se encuentra separado del núcleo urbano por la carretera de Yécora a Oion y al pie de la misma. El Archivo Municipal recoge documentos, denominados remates desde el año 1811. Con ellos el Ayuntamiento dejaba constancia escrita de las condiciones de explotación que se habían aceptado en la subasta de los diferentes servicios municipales: horno de pan, abacería y trujal principalmente. También era costumbre hacer un sorteo entre los vecinos (unos 130) para establecer un orden la elaboración de la oliva en el trujal, lo que hace pensar en un orden de entrega de la oliva y por tanto de su recolección en los meses de invierno. Tras la elaboración del aceite, el campesino recogía su aceite, que lo guardaba en tinajas de barro conforme a criterios de calidad y de utilización: aceite para conservar otros alimentos, para cocinar o para candelas. La producción era para el autoconsumo familiar y en menor grado para practicar el trueque con arrieros.
En el siglo XX aparecen documentos formales de las declaraciones anuales de fincas con olivos y cantidad de estos al Sindicato Nacional del Olivo. Se conservan especialmente los del periodo del racionamiento de alimentos a causa de la Guerra Civil española. Este periodo vivió un control estricto del aceite y subproductos.