BRUSELAS. Un colectivo de personas que sufrieron en su infancia abusos sexuales por parte de religiosos en Bélgica ha presentado hoy en un juzgado belga una denuncia contra el Vaticano y altos cargos de la iglesia católica.

Mussche explicó que formalmente representa a unas 70 personas que aseguran haber sufrido vejaciones por parte de eclesiásticos, aunque precisó que entre ellas hay una cincuentena que todavía muestra "dudas" sobre la eficacia de la demanda.

Muchas de estas personas han podido ser disuadidas por comentarios como los realizados por el senador de los democristianos flamencos del CD&V Rik Torfs, profesor además de derecho canónico, para quien la demanda tiene pocas posibilidades de prosperar.

Según la letrada, el objetivo es demostrar la responsabilidad civil de la iglesia católica en esos supuestos abusos, así como pedir una indemnización por los daños y perjuicios.

La demanda está dirigida, concretamente, contra obispos y otros altos cargos de la iglesia católica en Bélgica y en el Vaticano.

Mañana se iniciará por tanto un proceso civil, señaló la jurista, que afirmó estar preparando también un proceso penal contra la iglesia que tardará más en preparar al encontrarse todavía analizando a fondo los casos.

Esta misma semana, una organización de apoyo a víctimas de abusos sexuales de sacerdotes denunció al Vaticano, incluyendo al papa y a tres importantes cardenales, ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) por cargos de lesa humanidad.

Miembros de Alemania, Bélgica, Holanda y Estados Unidos de la Red de Supervivientes de Personas Abusadas por Sacerdotes (SNAP, que cuenta en total con más de 10.000 afiliados) presentó la demanda al considerar que funcionarios del Vaticano participaron en el "encubrimiento generalizado y sistemático de violaciones y crímenes sexuales" contra niños en todo el mundo.

En Bélgica, la Justicia investiga los supuestos casos de pederastia en el ámbito eclesiástico, que podrían haber afectado a varios centenares de personas, según la comisión independiente que designó la Conferencia Episcopal para recibir y tratar denuncias de ese tipo.

Esta comisión ha documentado al menos 475 denuncias de abusos por parte de religiosos entre 1960 y mediados de la década de los años ochenta, trece de cuyas víctimas se suicidaron.

Uno de los casos que más impactó al país fue el del antiguo obispo de Brujas Roger Vangheluwe, quien en una entrevista en una cadena de televisión el pasado abril reconoció haber abusado sexualmente de dos de sus sobrinos menores, hechos a los que restó importancia y que describió con todo detalle.