Cinco o siete puntas en la cresta, patas amarillas y plumas doradas o leonadas son los rasgos que diferencian a la gallina rubia alavesa. Una especie, considerada la variedad perdida de la Euskal Oiloa, que desde ayer se conoce mejor gracias a la presentación de la recuperación de esta especie que los jóvenes avicultores Ander Bereza, de Llanteno, y Miguel Ángel García Diego, en colaboración con Slow Food, hicieron en la sociedad Zapardiel.
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