La desgracia que acabó con la vida de un presunto sospechoso del robo en un pabellón industrial de la localidad de Miñano Mayor -posible integrante de una banda de origen rumano especializada en el robo de empresas-, ha vuelto a reabrir el debate sobre la presencia del crimen organizado en el territorio histórico. En ese sentido, la Fiscalía alavesa llegó a destacar en su Memoria publicada en 2010 la actividad de varios grupos "normalmente de procedencia latinoamericana", dedicados a robar a personas mayores a la salida de entidades bancarias de Vitoria. Su forma de operar consistía en que uno o varios miembros de la banda controlan el interior del local. Cuando localizaban a una víctima que salía con dinero en efectivo, avisaban por teléfono móvil a sus cómplices, que se encontraban en el exterior. Una vez que el objetivo salía del banco, le seguían hasta un lugar alejado y allí cometían el atraco de la forma más sutil posible. Suelen actuar en parejas y, mientras uno distrae a la víctima, el otro le vacía los bolsillos. En sólo dos meses, la Ertzaintza recogió 14 denuncias por hechos similares.