vitoria. La caída en picado de los incendios forestales en el territorio alcanza una mayor dimensión si las cifras actuales se comparan con las que la Diputación conserva de hace ahora 30 años. Allá por los años 80, el fuego provocó auténticas escabechinas en el territorio que, por suerte, hace ya muchísimo tiempo que no se han vuelto a revivir. Sólo en esa década, Álava lamentó la quema total de 11.611,66 hectáreas de superficie forestal, 7.986,47 de ellas arboladas. En años como 1985 se produjeron 158 incendios, y en otros como 1982 se quemaron 2.072 hectáreas de superficie arbolada. En el pasado 2010 sólo fueron 8,16. En 2001, poco más de 1,6.
Pese a todo, según advierte un reciente informe de la Diputación alavesa, "esta paulatina disminución de cifras no puede suponer una disminución en las actuaciones preventivas ni una reducción de los medios especializados disponibles para la lucha contra los incendios forestales". No en vano, la probabilidad de una mayor incidencia de los incendios en los años venideros es un escenario que el ente foral "no debe desechar" en el actual proceso de cambio climático en el que el territorio se encuentra inmerso.
punto de inflexión De vuelta a los datos históricos, el año 1990 marcó un punto de inflexión, dado que en adelante nunca debió lamentarse la quema de más de 1.000 hectáreas al año dentro de la provincia. En la tabla quedan excluidos los datos de Trebiño, que administrativamente depende de Burgos. En la década que se inauguró un año después las cifras se redujeron a sólo 1.147,45 hectáreas calcinadas, mientras que en la siguiente, entre 2001 y 2010, la superficie quemada se redujo a las 999,56 hectáreas. El año 2009 fue sin duda el más fatídico, debido a la cadena de incendios que sufrió el territorio durante un negro 22 de julio.
De cara al futuro, la Diputación anima a centrar los esfuerzos en la búsqueda y la intensificación de nuevas actuaciones preventivas que eviten la aparición y el aumento de los incendios, así como en minimizar sus efectos "mediante una lucha eficaz y unos trabajos de restauración acordes", buscando "soluciones compartidas con distintos sectores más amplios". A todo ello deberá sumarse la concienciación de la ciudadanía, con un papel "principal a la hora de proteger el medio natural.