VITORIA. Ante la inminente implantación de la incineradora de Olazti, agricultores y ecologistas lanzan la voz de alarma sobre los peligros que una instalación de estas características supondría para el ecosistema, los campos de cultivo y las diferentes especies estabuladas y en libertad del territorio alavés.

Es por ello que piden una mayor implicación de las autoridades alavesas e instan a la Diputación Foral a aunar esfuerzos y ejercer una mayor presión sobre el gobierno navarro, especialmente después de las muestras de repulsa mostradas por el pueblo de Araia el pasado lunes durante el desarrollo de su Artzain Eguna.

Andrés Illana, presidente de Ekologistak Martxan, ha señalado que "la incineración es la antítesis de lo que supone la gestión de producción de los residuos". Según remarca, el hecho de que se vayan a quemar todo tipo de residuos supone un plus en la peligrosidad de este tipo de instalaciones. Desde esta asociación ecologista se remarca el hecho de que la incineradora de Olazti se encuentra a tan sólo ocho kilómetros de localidades alavesas. Ello supone tener una infraestructura que no se puede controlar, ya que las autoridades del territorio no tienen competencias sobre la creación y la gestión de dicha planta. Igualmente, invitan al gobierno navarro a reflexionar sobre las diferentes alternativas existentes en lo que a la administración de basuras y residuos se refiere.

Luis Ganuza, técnico de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Álava (UAGA), señaló, por su parte, que desde este sindicato se mantiene una actitud crítica ante este tipo de plantas, ya que no hay una garantía clara de que no vaya a suponer un peligro de contaminación para los campos y ganados alaveses. "Los vientos son muy caprichosos, y esto puede suponer que el humo que emana de la incineradora llegue a áreas montañosas de Álava, muy alejadas de la zona oriental", comentó Ganuza.

Ambas organizaciones se muestran positivas en cuanto a la paralización del proyecto. A pesar de que esta decisión compete al gobierno de Navarra y en última instancia al del Estado, tanto Ekologistak Martxan como la UAGA piensan que la Diputación de Álava tiene un papel fundamental en el asunto, ya que puede ejercer presión para paralizar el proyecto. La asociación ecologista, además, prevé mantener conversaciones con su homónima navarra en breve.