vitoria. El portavoz del PNV en Vitoria, Gorka Urtaran, preguntó ayer abiertamente lo que las 50.000 firmas ciudadanas contrarias a la reconversión de Santiago en un hospital de crónicos quieren escuchar de boca del alcalde: "¿Qué uso propone para este equipamiento?". Javier Maroto no respondió a la cuestión, pero en un intento de calmar ánimos aseguró dos cosas. "En la próxima década seguirá siendo un hospital general" y que él no se imagina que a futuro, tras contar ya con el edificio de consultas externas de Txagorritxu y el materno-infantil, "no tenga un servicio de Urgencias".

Eso sí, tratando de decir lo que es obvio pero sin pronunciar la palabra prohibida -crónicos-, Maroto advirtió de que la sociedad vitoriana "se hace mayor y no hay que darle la espalda a la realidad". Una postura que, según dijo, debe traducirse en "una Osakidetza que atienda con mayor preeminencia a las personas mayores". Por otro lado, atribuyó la indignación de las 50.000 firmas a los anuncios lanzados en la legislatura socialista, en la que se llegó a decir que el hospital de Santiago cerraría y se aprovecharía la parcela para hacer un equipamiento de ocio. "Pero yo me comprometo a que ni cierre ni se traslade", concluyó.