vitoria. Cuando el sustrato no es el adecuado, lo normal es que la planta se tuerza y se acabe malhadando. Algo parecido le ha ocurrido al proyecto de ley sobre cambio climático que el Gabinete de Patxi López quería aprobar, con varios meses de retraso, antes de que concluyera este año con la pretensión de mostrar algún síntoma de actividad legislativa, raquítica desde el mismo comienzo de la legislatura en tanto en cuanto, exceptuando las leyes relacionadas con asuntos presupuestarios, sólo ha logrado dotar de contenido a media docena de normativas, una de ellas la declaración del 25 de octubre como festividad del País Vasco.
En esta ocasión ha sido la Comisión Arbitral (el órgano propio que soluciona los conflictos de competencias que puedan existir entre las instituciones vascas) la encargada de paralizar sine die el proceso parlamentario previsto; al menos hasta que resuelva los escritos presentados por las tres diputaciones forales (cada una el suyo), en los que se advierte de una presunta invasión del Gobierno Vasco y del Departamento de Medio Ambiente en las facultades que, según la ley, corresponden a las instituciones forales de cada Territorio Histórico.
El punto de fricción entre Lakua y diputaciones se centra básicamente en uno de los artículos del Proyecto de Ley de Cambio Climático y, más concretamente, en la terminología empleada por los inspiradores de este documento cuando manejan la expresión Sumideros de carbono obviando que hablan de los bosques. Una cuestión que aunque pueda parecer trivial, no lo es, ya que tal y como previenen los órganos forales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, afectaría a algo más de la mitad de la superfice de la CAV, alrededor de 390.000 hectáreas de las que más de la mitad se hallan en territorio vizcaino.
"Uno de los principales sumideros de carbono son los bosques y plantaciones forestales, así como los suelos forestales [...] Sin embargo, al atribuir al Gobierno Vasco el desarrollo reglamentario previsto en el artículo 29.1, el proyecto está asignando a dicho órgano una materia de índole puramente forestal por la vía de denominar sumideros de carbono a los bosques y plantaciones forestales, que obviamente lo son, y con ello está trasladadando una competencia propia de la Administración forestal foral a la Administración ambiental autonómica", se especifica en uno de los escritos de recurso presentados ante la Comisión Arbitral.
Y es que, a pesar de que en ningún apartado legislativo quede anotado que Lakua tenga competencia para regular en materia forestal, con esta Ley de Cambio Climático el Gabinete de López asumiría importantes atribuciones y facultades que no le corresponden "mediante una simple transmutación semántica", añadían fuentes forales.