La capital alavesa dará hoy por finalizado el encuentro que a lo largo de esta semana ha reunido a jóvenes hablantes de lenguas minoritarias. Los participantes abandonan la ciudad con la carpeta llena de ideas para tratar de reactivar el uso en sus respectivas zonas de influencia convencidos de que el trabajo realizado a lo largo de estos días no termina aquí, sino que es sólo el inicio.
El casi medio centenar de jóvenes que ha tomado parte en el congreso celebrado en la Facultad de Letras de la UPV/EHU prepara la creación de una red internacional que permitirá poner en contacto a gentes de diferentes culturas pero con un problema en común: el arrinconamiento de sus lenguas. A través de la Red compartirán experiencias y tratarán de articular soluciones para conseguir que se respeten sus derechos lingüísticos.
Será sólo el primer paso, junto con la redacción de un manifiesto que hoy darán a conocer ante los medios de comunicación. Los participantes se reunieron ayer para acordar las claves que debe recoger dicho documento, que contiene recomendaciones dirigidas no sólo a las instituciones, sino también a la sociedad en general, en cuyo seno debe calar este mensaje, según coincidieron todos. "Tiene que haber respeto. Los monolingües no se dan cuenta de los problemas que tenemos quienes decidimos vivir en una lengua minorizada. Es necesario pasar de pedir tolerancia a pedir una colaboración activa por parte de ellos", afirmaba Oihan Txabarri.
Los jóvenes cuentan con el apoyo de los distintos expertos que han participado en el encuentro, quienes les han animado a seguir trabajando para que se hagan visibles en toda Europa. "Es verdad que os falta apoyo, pero vosotros sois un lobby y podéis organizaros como tal para llegar hasta donde queráis", opinó Gorka Julio, que ayer impartió una charla sobre el poder comunicativo que tienen las redes sociales, y quien ofreció su ayuda para que el mensaje pueda difundirse a través de Internet. De hecho, junto con la elaboración del manifiesto, los jóvenes grabaron un vídeo que será colgado en breve en YouTube y mediante el cual pretenden que hablantes de lenguas minoritarias que no han estado representadas en este encuentro se sumen al movimiento surgido en la capital alavesa.
Durante estos días, vascos, bretones, asturianos, catalanes o gallegos han compartido experiencias sobre los problemas con los que se encuentran a la hora de usar sus respectivas lenguas, y el balance no puede ser más positivo. "Convivir con gente con la que compartimos situaciones lingüísticas tan parecidas nos está aportando nuevos puntos de vista y opciones de trabajo con los que afrontar nuestra realidad", explicaba ayer un portavoz de los hablantes gallegos. "Esperamos que estas jornadas marquen el inicio de futuros encuentros sobre el mismo tema igual de divertidos y productivos".
Asturias también ha estado presente en este debate, una comunidad en la que la lengua minoritaria, el bable, no está reconocida oficialmente aunque goce de protección. Las experiencias relatadas estos días por sus hablantes han puesto de manifiesto que dentro de un mismo país la realidad de cada una de estas lenguas minoritarias es bien distinta en función del Gobierno sobre el que recaiga la responsabilidad de preservarlas. "Las autoridades asturianas tardaron más de treinta años en reconocer nuestros derechos; la desidia, el desconocimiento y los prejuicios lingüísticos persistentes de forma interesada fueron las causas de que la lengua asturiana no se llegara a desenvolver de forma normalizada dentro de la sociedad. Ahora, la sociedad tiene articulado un movimiento de reivindicación lingüística bien afianzado", explicaba ayer un portavoz de los hablantes asturianos. Para este colectivo, la conclusión del encuentro es clara: "el futuro de nuestra lengua está en manos de los más jóvenes".
Si bien el congreso ha servido para criticar en ciertos casos la ineficacia e incluso la inexistencia de políticas lingüísticas en el Estado, también se ha aprovechado la circunstancia para denunciar la situación que atraviesan las lenguas minoritarias en el país vecino. La propia viceconsejera de Política Lingüística del Gobierno Vasco, Lourdes Auzmendi, acusaba al Ejecutivo francés de no poner los medios necesarios para proteger el euskera en la zona vasco-francesa. Los participantes han puesto de relieve, además, que con el bretón pasa más de lo mismo. "Es cierto que en la escuela he tenido oportunidad de aprender la lengua pero, ¿qué hago con ella? Necesitamos lugares donde poder hablarla y no los hay", denunciaba Maiwen.
Todas estas reivindicaciones quedarán recogidas en el manifiesto que se dará a conocer hoy.