No hace falta acudir al primer día de rebajas para ver insólitas escenas de peleas entre clientes por un mismo artículo o las de primera hora de la mañana entre los ansiosos que hasta se ponen el despertador para ser el primero en entrar a la tienda. Aunque estas estampas parecen salidas de los tiempos en los que la crisis no hacía que los compradores se pensaran dos veces sacar la cartera, en la capital alavesa, por fortuna, aún los responsables de los establecimientos pueden contar alguna que otra anécdota digna de la época de oro de los chollos. Aunque eso sí: para ello hay que entrar en las franquicias, donde impera el optimismo a la hora de hacer el balance sobre las ventas de la temporada de descuentos de verano. De ello da cuenta Laura, encargada de un conocido establecimiento de la calle Dato especializado en textil juvenil, del que no se puede dar su nombre por política empresarial. "Las primeras rebajas arrancamos con un 50% y ahora estamos al 70%, y estamos notando mucha afluencia, más que el año pasado, y además es de la que compra", explica su encargada, quien matiza que entre los artículos más demandados se encuentran las prendas veraniegas, como vestidos, faldas y camisetas. "Si están baratas, siempre tienen éxito". Las denomina las "compras locas", aquellas de las que uno cuando llega a casa se pregunta por qué razón la lleva en la bolsa, si no la necesitaba, hasta que mira el precio de su etiqueta. De ellas, la que más llamó la atención a Laura es la de una cliente que acudió a última hora de la tarde del miércoles, cuando más duele a las dependientas. Aunque esta vez no tanto. "Salió con 37 prendas".