MADRID. El Senado ha dado este miércoles el visto bueno definitivo al cambio de nombre de las tres provincias vascas, que una vez que la modificación sea publicada en el BOE pasarán a llamarse oficialmente Araba/Alava, Gipuzkoa y Bizkaia. Esta iniciativa ha salido adelante con la oposición del PP y el apoyo del resto de la Cámara.
Con esta medida, se busca cambiar la denominación oficial de las tres provincias como acordaron sus respectivas Juntas Generales: Gipuzkoa por Guipúzcoa, Bizkaia por Vizcaya y Araba/Alava por Alava. Salvo en esta última, desaparece la mención al castellano, principal argumento de los 'populares' para rechazar la iniciativa.
Este cambio de denominación oficial, planteado por el PNV en numerosas ocasiones en las Cortes y que hasta ahora había sido negado sistemáticamente por socialistas y 'populares', se incluyó en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011 y finalmente el PSOE aceptó su tramitación en el Pleno del Congreso del pasado 15 de febrero, donde ya sólo se opusieron PP y UPyD.
Así, la proposición de ley había superado satisfactoria todos los trámites en las Cortes Generales y este miércoles ha recibido el visto bueno definitivo del Pleno del Senado, donde ha llegado sin ninguna modificación de lo aprobado en el Congreso y por tanto pasará directamente al Boletín Oficial del Estado (BOE) para su entrada en vigor.
PP: "COHERENCIA Y PLURALIDAD"
Los grupos parlamentarios han rechazado las propuestas de modificación presentadas por el PP, que pretendían conservar la denominación que estaba vigente hasta ahora para el castellano e incluir la grafía vasca. "La sociedad vasca está harta de crispación y falta de entendimiento político", ha advertido el senador 'popular' Ramón Rabanera, que ha defendido la "coherencia, pluralidad y diversidad lingüística".
Rabanera ha recordado que el estatuto de autonomía del País Vasco contempla el castellano y el euskera como los dos idiomas oficiales y por tanto ha preguntado a los senadores por qué su "empeño" en hacer desaparecer la denominación en una de estas lenguas. "Lo que ustedes están intentando hacer es eliminar el castellano en cualquier relación con el País Vasco", ha lamentado.
Estos argumentos han sido rechazados por el resto de grupos parlamentarios, que han defendido que la iniciativa únicamente busca normalizar lo que es habitual entre los ciudadanos. La socialista Lentxu Rubial ha abogado por conservar la "gran riqueza lingüística" española y ha pedido que no se utilice el uso de las diferentes lenguas como "un arma arrojadiza".
Según ha recordado, la proposición que ha recibido el visto bueno de las Cortes Generales sólo respeta la decisión que ya se adoptó hace muchos años por las juntas generales. "Se trata de hacer normal lo que es normal a nivel de calle y nivel lingüístico", ha sostenido el senador del PNV Iñaki Anasagasti, que ha recordado que la modificación apenas supone alteraciones fonéticas "de importancia" y se trata de un asunto "de grafía".
LO EXCEPCIONAL ES QUE NO SE HAYA HECHO ANTES
De la misma forma, los representantes de CiU y de Entesa Catalana del Progrés, Coralí Cunyat y Rafel Bruguera, han enmarcado en la "normalidad" la iniciativa y han defendido que "lo excepcional" no es su aprobación, sino que no haya sucedido mucho antes como ya tuvo lugar con varias provincias catalanas o gallegas.
Igual se ha expresado el senador aragonés José María Mur, que ha optado por votar a favor del cambio de denominación en respeto a las decisiones de las juntas generales pero ha advertido a socialistas y 'populares' de que sus puntos de vista son "innecesariamente discrepantes". "La guerra de las lenguas debería ir aplacándose, sobretodo en cuestiones más de matiz que de fondo", ha argumentado.