Vitoria. El reciente vuelco político vivido en el Ayuntamiento de Vitoria desencadenará cambios en todas las áreas municipales, entre las que la Policía Local ocupa un lugar destacado. El alcalde virtual de Vitoria, el popular Javier Maroto, ya anunció durante la campaña su intención de aumentar significativamente el número de agentes del cuerpo para afianzar la seguridad en la capital alavesa, principalmente en los nuevos barrios. Esta promesa, unida a la inminente Oferta Pública de Empleo, que también ampliará la plantilla de guardias, dará como resultado a corto plazo una insostenible masificación de las actuales instalaciones de Aguirrelanda. La comisaría se queda pequeña y las dependencias de Fray Zacarías no dejan de ser una pequeña oficina incapaz de absorber más recursos humanos que los actuales, así que es tiempo de buscar soluciones y mudarse. Los sindicatos de la Policía Municipal defienden la creación de una nueva infraestructura y ELA, más concreta en su propuesta, plantea que se establezca en Zabalgana.
Las cuentas no fallan. Actualmente, la Policía Local cuenta con unos 350 efectivos. El documento correspondiente a la nueva OPE, ya aprobado por el Ayuntamiento, aumentará este número en otros 41 municipales a lo largo de este año. Además, Maroto anunció su intención de contratar a otros 70 guardias durante su legislatura, con lo que la suma final dibuja una plantilla de 460 personas. Demasiado para las actuales instalaciones.
Roland Estébanez, portavoz de ELA en la Policía Municipal, echa mano de una antigua reivindicación de su sindicato y propone dividir la capital alavesa en dos bloques: Aguirrelanda al norte y Zabalgana en el sur. "La ciudad sigue creciendo y debemos ser previsores. Si queremos prestar un servicio de calidad a la ciudadanía, ésta es la mejor opción", apunta. Recuerda que el Ayuntamiento ya propuso establecer en esta misma zona un nuevo parque de Bomberos, de forma que la fórmula aplicada en el complejo de Aguirrelanda podría clonarse en el sur. En cuanto a la ubicación, Estébanez lo deja en manos de los residentes. "Donde menos les moleste a los vecinos", indica.
José Luis Vázquez, de CCOO, también es consciente de la necesidad de que los agentes se muden a una casa más grande, si bien subraya que su sindicatos aún no ha madurado un emplazamiento tan específico. "Cualquiera de los barrios nuevos servirá", evalúa.
Consensuada la necesidad de establecer un edificio acorde a las nuevas necesidades, queda la duda de qué hacer con el actual. Estébanez considera que Vitoria cuenta ya con las dimensiones suficientes como para necesitar de dos grandes comisarías, así que aboga por mantener operativa Aguirrelanda, la oficina del Casco Viejo y un hipotético futuro emplazamiento en Zabalgana. Vázquez, por su parte, baraja más alternativas, como la de arrancar con una nueva infraestrura más pequeña y crecer progresivamente.
Sea como fuere, estos planteamientos parecen estar en consonancia con los del nuevo alcalde de Vitoria, quien durante la campaña denunció que los índices de delincuencia en Zabalgana y Salburua han aumentado en un 70% solamente en un año y destacó la necesidad de incrementar la vigilancia en estas zonas. Seguramente la mejor medida para lograrlo sería trasladar directamente a los agentes al epicentro del problema.