MADRID. El consejero de Sanidad del País Vasco, Rafael Bengoa, ha dicho hoy que el Gobierno de Euskadi no contempla la aplicación del copago "ni en términos políticos ni técnicos" ya que no soluciona los grandes problemas sanitarios de la comunidad como son la atención a los crónicos y a una población envejecida.

En un desayuno informativo, organizado por la Asociación Nacional de Informadores Sanitarios (ANIS), Bengoa ha precisado que si bien en el País Vasco "no se descarta ninguna medida de intervención", el copago no se contempla, al tiempo que ha lamentado que, en este tiempo preelectoral, se haga política con la sanidad.

El consejero, que ha pronunciado una conferencia titulada "La crisis económica como una oportunidad para la reforma del sistema sanitario", ha insistido en que los problemas "reales" son: "la demografía, los crónicos y el chasis viejo que tenemos".

Ha subrayado que "quien no renueve el chasis y no reforme el sistema para mejorar la asistencia a los crónicos se quedará haciendo medicina del siglo XXI, en el siglo XX".

A juicio de Bengoa, este dilema lo tienen hoy todos los partidos políticos y "el que lo niegue está jugando al avestruz".

En su intervención, el consejero ha planteado la integración de los servicios sociales y la sanidad en un único Gobierno, y ha justificado la propuesta en el hecho de que es "importante" que los usuarios tengan en su domicilio un servicio sociosanitario completo, "no uno sanitario, lunes y miércoles; y uno social, jueves y viernes".

Bengoa ha reiterado que los pacientes crónicos y dependientes deberán de beneficiarse de un servicio sociosanitario conjunto y para organizarlo es preferible "integrar ambos en un único Gobierno".

El consejero ha comentado que en el País Vasco ya se está en esa integración y "ahora toca trabajar con las diputaciones".

Además, ha dicho que no es partidario de recentralizar en el Estado ya que en sanidad "funciona muy bien el modelo descentralizado".

Bengoa ha pedido que no se haga una lectura de poder, de competencias de las diputaciones y del Gobierno vasco, sino "una lectura de necesidades" y ha recordado que en treinta años "España será una de las sociedades más envejecidas del mundo".