Vitoria. El 95% de las personas con síndrome de Down en edad de trabajar se encuentra en el paro en España. No importa cuánto se preparen, las habilidades que posean o la entrega que demuestren. A la hora de la verdad, el empresario no es capaz de sobrepasar los rasgos característicos que esta tricosomía deja impresa en sus afectados. En Álava, los datos no son más esperanzadores que en el resto del Estado. Las posibilidades de integrarse en el mundo laboral ordinario son prácticamente nulas. De hecho, en la actualidad, tan sólo siete personas se encuentran trabajando de esta forma en la provincia. Eso sí, demuestran que el que apuesta gana.
De hecho, tres de ellos cuentan con un contrato indefinido y otro está a la expectativa de conseguirlo. Del resto, dos de ellos se encuentran todavía en prácticas. Todos ellos en labores de reposición, ayudante de auxiliar administrativo y ordenanzas, donde se desenvuelven con garantías y eficiencia por su gran disciplina.
"Tienen muchas capacidades. Son personas metódicas, que hacen las cosas bien y crean un buen ambiente de trabajo. De hecho, es gente que se entrega en el trabajo porque sabe la importancia de mantenerlo y se esfuerza el doble", comenta María Ezquerra, miembro de Gureak Araba que busca trabajo ordinario para personas con discapacidad. Todo un logro si se tiene en cuenta que normalmente la mayoría de estas personas sólo acceden, en el mejor de los casos, a empresas de empleo especial después de formarse en talleres ocupacionales como los que la Diputación pone a su servicio. Pero no es lo único que pueden hacer.
Y si no, que se lo pregunten a las firmas que han decidido romper una lanza por los trabajadores con síndrome de Down en el territorio. "En general, las empresas están contentas con su papel una vez que prueban. Aquí algunas franquicias les contratan porque conocen la labor del colectivo en otros sitios de su cadena y también apuestan por ellos las medianas empresas", comenta Ezquerra, que gestiona el recurso dentro del programa operativo del Fondo Social Europeo. Y es que la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, en vigor en nuestro país desde el 3 de mayo de 2008, reconoce en su artículo 27 "el derecho de las personas con discapacidad a trabajar en igualdad de condiciones con las demás; ello incluye el derecho a ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o aceptado en un mercado y un entorno laborales que sean abiertos, inclusivos y accesibles a las personas con discapacidad".
Pero eso no se cumple, a pesar de que los datos reflejan que en el Estado la mayoría de los contratos que se hacen a personas con discapacidad intelectual se convierten en indefinidos. De hecho, a pesar de que la legislación dicta que las empresas de más de 50 trabajadores están obligadas a contar en su plantilla con un 2% de trabajadores con algún tipo de discapacidad, la mayoría prefiere pagar las multas que ofrecer una oportunidad a este colectivo y cumplir con este cupo.
"Aún se desconocen las capacidades que tienen las personas con síndrome de Down así como la multitud de tareas y funciones que podrían desempeñar dentro de cualquier empresa", comenta Pedro Martínez, experto y coordinador de la Red de Empleo con Apoyo de Down España. Y es que, todos los trabajadores son formados antes de entrar a las empresas. De hecho, en Álava, cuentan con el respaldo de un monitor que les acompaña en sus primeros pasos en el empleo hasta que tienen asumidas sus funciones y que se mantiene en contacto con los contratantes por si su presencia es requerida para la enseñanza de nuevas tareas u otros aspectos. Las garantías parecen aseguradas por experiencia y respaldo. Ahora sólo se trata de romper barreras.
Seguridad laboral Por otra parte, el Gobierno Vasco aprobó ayer el II Plan de Seguridad y Salud Laboral del País Vasco para mejorar la detección precoz de las enfermedades profesionales.