VITORIA. Son cada vez más los indigentes que duermen bajo la capota de estrellas y mendigan para comer porque su actitud les ha dejado fuera de los servicios sociales. A sus ojos, las normas que impone la red institucional para hacer uso de albergues y comedores son demasiado rigurosas. Y acaban siendo expulsados. Por eso, en octubre de 2009 nació Bultzain, una asociación formada por un equipo con muchos años de experiencia en el mundo de la pobreza y la marginación. Y con ella, el centro de acogida de baja exigencia ubicado en Puente Alto. Desde entonces, el trajín es constante, así como la necesidad de contar con más dinero para mantener el servicio. Un apuro al que DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA quiere dar respuesta de la mano de todos los ciudadanos este jueves en las campas de Armentia.

La iniciativa, que pretende consolidarse en el tiempo con un destinatario distinto cada año, será tan solidaria como deliciosa. Un puesto instalado junto a la basílica, visible a distancia gracias a un gran globo aerostático, repartirá un total de 4.000 txoripanes por el módico precio de un euro más la voluntad. Además, a la entrada del hinchable del periódico, de uso gratuito, se colocará una hucha para que quienes lo deseen aporten su granito saltarín a Bultzain. "Todo lo que se logre nos va a venir realmente bien", sostiene Satur García, líder de la asociación e icono vitoriano de la lucha contra la exclusión social. Según explica, "durante el invierno hemos llegado a albergar a 37 personas. Ahora tenemos 29. Cuando llega el buen tiempo algunos de ellos, los que sólo buscan un techo, se van a los parques. No obstante, hay que seguir pagando las comidas, el agua, la luz....". Y la gasolina.

Gracias a la contribución de todos los vitorianos que participaron en el vino caliente del bar La Unión la pasada Nochebuena, la asociación compró una furgoneta que agiliza mucho su labor. A bordo del vehículo, los responsables de Bultzain recorren el municipio en busca de personas que necesitan cama y comida y también llevan mantas y alimentos a aquellos indigentes que son más reacios a ir a un albergue.