vitoria. Ucrania apenas ha conseguido recaudar 550 millones de euros de los 740 millones que necesita para sepultar el miedo en Chernóbil. Es decir para cubrir con un nuevo sarcófago el reactor número 4, que todavía sufre fugas radiactivas. Durante una conferencia celebrada el pasado martes en Kiev, los principales donantes del proyecto, encabezados por los países del G8 y la UE, cantaron el dinero que meterán en la hucha común. El presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, pidió auxilio: "Como en el caso del Katrina o el tsunami de Japón, necesitamos cooperación. Pedimos a la comunidad internacional que no nos deje solos", arengó el mandatario, flanqueado por el primer ministro francés, François Fillon, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Pero solo 28 países acudieron a la llamada de socorro. Japón, uno de los mayores contribuyentes de Chernóbil, se abstuvo, aduciendo los graves problemas económicos a los que se enfrenta desde el terremoto y el tsunami que asolaron el país el 11 de marzo. Y eso que el planeta contempla con horror como veinticinco años después, el gigantesco cubo de hormigón que cubre los restos del reactor cuatro de la central nuclear, es todavía la única y precaria barrera para los 16 millones de curios de radiactividad que se calcula hay encerrados en su interior.
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