VITORIA. Los caballos también pueden curar al ser humano. Un simple paseo a lomos de este animal proporciona beneficios gracias a la transmisión del calor corporal del corcel a la persona, la de impulsos rítmicos o el movimiento tridimensional. Pero para que así ocurra es necesario que un fisioterapeuta dirija estas sesiones que en Álava se pueden realizar desde hace menos de un año, pese a que los griegos ya aconsejaban la equinoterapia para mejorar el estado de ánimo de personas con enfermedades incurables.
El tratamiento en este territorio se imparte en el Valle de Arana, donde en la trasera de un polígono industrial se hizo realidad el pasado año el sueño de un centro de hípica que estuviera al servicio de personas con discapacidad. En concreto, fue en diciembre cuando quince de esas familias que oían hablar una y otra vez sobre ese proyecto ideado por el alcalde, Pedro San Vicente, y un profesor de instituto, Miguel Ángel Díaz de Cerio, pudieron asistir, en una enorme nave prestada temporalmente, al paseo que se dio en un caballo una niña afectada de parálisis cerebral. Todos ellos observaron cómo en pocos minutos las piernas de la pequeña se relajaban y el rostro se endulzaba. Y todo en menos de cinco minutos. Con ese sencillo gesto nació en este rincón de Montaña Alavesa el centro, un ambicioso proyecto que supondrá en su conjunto una inversión de unos cuatro millones de euros, basado en un completo diseño.
El proyecto contempla una pista al aire libre, otra cubierta con un lateral destinado a caballerizas, duchas para los caballos y un graderío para que los familiares puedan ver los avances de las personas que reciban los tratamientos. Un tercer bloque estará constituido por un albergue, que sirva como residencia respiro, las oficinas y las salas para los fisioterapeutas y médicos. Para que así sea hace un mes la Diputación anunció que destinará 87.000 euros para consolidar las fases ya concluidas, así como para construir la pista exterior y la cubierta, entre otras.