las citas relacionadas con la gastronomía de calidad acostumbran a tener un notable tirón en Gasteiz y el resto de la provincia, como tierra de buen comer. Un ejemplo sencillo lo representa la Semana del Pintxo de Álava, que año tras año, y ya van nueve, acerca a los establecimientos hosteleros del territorio creaciones gastronómicas en miniatura dignas de la mejor cocina de autor. En esta ocasión, 41 locales rivalizarán hasta el próximo domingo 24 por ganarse el exigente paladar de sus clientes. Desde la capital y pasando por Murgia, Laguardia, Agurain o Hueto Arriba, donde habita el vigente campeón del certamen, el restaurante Bordaberri, el placer minimalista se extiende como el calor de la primavera. Y todo a cambio de un precio relativamente asequible, 2 euros por pintxo y 3,80 si se consumen dos. También son dos las opciones que ofrece cada local a todos los que se acerquen, una de ellas con el bacalao como ingrediente imprescindible.

Ayer, tercera jornada de la semana, las calles de Vitoria adquirieron el color de las mejores ocasiones gracias a la apacible climatología. Las terrazas y la hora del vermú cerraron una estrecha alianza y, cómo no, los pintxos adquirieron la categoría de estrella. Desde la barra del restaurante Zabala, cuando la cocina sólo había comenzado a calentar motores, Isabel Campos se mostraba satisfecha por la buena respuesta de los gasteiztarras. "Estamos a tope desde ayer -viernes-. Además, a la gente le ha dado más por probar los pintxos del concurso, porque otros años se decantaba más por los de la barra", comentaba la trabajadora.

En este caso, un dúo de Idiazabal con membrillo y frutos secos y un ravioli de bacalao en consomé de perretxikos son las dos deliciosas opciones a elegir. ¿Y qué hay del público predominante? "Hay de todo, pero sobre todo los suelen pedir parejas mayores y matrimonios. Parece que los jóvenes no están tan bien informados", advertía Isabel.

La buena marcha de la semana también era corroborada por los hermanos Iker y David Zurro, propietarios del Baztertxo, que tienen en el rul de manitas de cerdo con hongos a la plancha un gancho que, a buen seguro, hará las delicias de numerosos clientes. "Por ahora, el balance es muy positivo", se felicitaba Iker sin poder parar tras el mostrador.

La calle Dato y sus aledañas concentran el mayor número de establecimientos participantes en la semana, nombre clásicos en la ciudad como el Usokari o el Saburdi. En la terraza del primero, Jesús Mari y Yolanda disfrutaban de un bacalao a la espalda sobre crema de arroz basmati con toque de aceituna negra y chips de arroz en su tinta. "Muy bueno" a juicio de la pareja, que también valoraba como "acertada" la decisión de los hosteleros de celebrar, por primera vez, esta cita con los pintxos en plena Semana Santa. "La gente se encontrará la ciudad con vida", pronosticaba Jesús Mari. Dentro del Saburdi, Janire, Jone e Igor, cuadrilla de Amurrio y Gasteiz, decidieron no tomar más de tres pintxos para, otro día, "seguir probando". El goxua de perretxikos con foie y el rollito de primavera con bacalao y su pil pil dejaron, para empezar, el listón muy alto.

La voz crítica la puso ayer María José Sáez de Cortázar, propietaria del Xixilu, quien reconocía que el flujo de gente "no tiene ni color respecto a otros años", pese a matizar que "no no podamos quejar". A su juicio, la información sobre la semana "ha llegado muy tarde" a los locales en forma de folletos para los clientes, lo que ha podido restar su afluencia. "La crisis aquí ya ha acabado, y han sido los dos años de vallas en Amárica", advertía la hostelera.

Los diez establecimientos finalistas se retarán el próximo 2 de mayo en el hotel Jardines de Uleta, donde tratarán de convencer al jurado de que su creación es la más deliciosa.