vitoria. El verde esperanza es el único color que de momento tienen los chavales gasteiztarras quienes creen que la vocación superará al negro panorama laboral con el que se pintan sus salidas profesionales. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el desempleo juvenil hasta 24 años puede estar este año al 40%. Ni los que hicieron en su día ingeniería se salvan, ya que, según las predicciones de Lanbide, "el índice de empleabilidad de los técnicos de electrónica es bajo. En 2009, 132 puestos de este tipo fueron gestionados por el Servicio vasco de Empleo".
La mayoría de ellos hasta que pase el chaparrón de la recesión prefiere continuar por el sendero de la formación al matricularse en master, idiomas o talleres de informática.
Las puertas de la emancipación ni se empeñan en abrirlas hasta tener la llave adecuada: un contrato estable con un sueldo digno, que al menos, les sirva para irse de alquiler. De ahí que miles de chavales sacasen a las calles de Madrid proclamas como Sin casa, sin pensión, sin miedo, el pasado 7 de abril con la manifestación Jóvenes sin futuro.
koldo peciña (23 años)
Ingeniero técnico en paro
La vocación y las buenas salidas que Koldo Peciña tenía entendidas que había en Ingeniería Eléctrica le hicieron matricularse hace tres años en esta carrera técnica. "Entonces tenía entendido que había poco paro, pero me equivoqué, porque eso era antes de las vacas flacas", dice este chico de 23 años quien desde que hace medio año ingresara en las listas de Lanbide, se dedica a "especializarse". Hace cursillos informáticos o idiomas, de inglés y euskera, ya que, como denuncia, en su carrera dieron muy por encima, pese a que el mercado laboral los exige como requisitos indispensables. "Las dificultades que veo es lo que me pasó en la Feria de Empleo de Vitoria, que exigen una experiencia media de tres a cinco años", critica.
Descarta emanciparse porque ve "negro" su futuro. "Aunque gane 1.200 euros no me puedo meter en una hipoteca y menos si se está sin pareja y para irte de alquiler necesitas tener un contrato estable".
Koldo niega que los jóvenes de hoy en día sean intolerantes con los extranjeros. "Tengo amigos de fuera y dudo mucho de que los dueños de los bares de Vitoria sean racistas. Sólo he visto cómo echaban de una discoteca y un bar, pero lo más probable es que estuviera fichado de antes. Pagan justos por pecadores".
Arkaitz loriz (19 años)
Primer curso de Magisterio
Arkaitz Loriz es otro de los que tiene claro que al acabar Magisterio de Primaria estará en paro. "Nos han avisado en la carrera que hay pocas salidas. Por eso, en cuanto acabe haré un master y luego buscaré trabajo de lo mío", precisa. Como está matriculado en euskera, los títulos no le quitan el sueño, puesto que en cuanto acabe, le otorgarán uno que certifique su nivel avanzado en lengua vasca. Aunque, eso sí, alaba el modelo de educación conseguido en Finlandia, "todo el mundo habla allí perfecto el inglés".
Los altos precios del alquiler le hicieron tomar la decisión el año pasado de no compartir piso de estudiantes en Arrasate, a donde se desplaza de lunes a viernes desde Vitoria. "Quedarte en casa es un colchón para ir ahorrando, si te quieres comprar piso y por si te quedas sin empleo. Hay que estar muy seguro de si te hipotecas, porque luego hasta te quitan la vivienda si no puedes pagarla".
Arkaitz tampoco se considera racista, pero se queja de las actitudes sexistas que ve en los locales de ocio nocturno. "No está bien que las chicas entren gratis y los chicos tengamos que pagar por ir al mismo bar".
Iñigo alonso y ruth jiménez
Estudiantes de Construcción
La crisis del ladrillo golpeó donde más duele a Iñigo Alonso, de 21, y Ruth Jiménez, de 22, dos gasteiztarras que en ese momento iniciaban dos tipos de estudios relacionados con la construcción: FP de Frío y Calor y un módulo de Dirección de obras de decoración, respectivamente. Dado que su sector es uno de los más afectados por la explosión de la burbuja inmobiliaria, creen que tardarán una media de cinco años en encontrar un puesto relacionado con su formación. "Por fortuna, tenemos la suerte de que los dos trabajamos en la ludoteca del centro cívico Aldabe. Además, a mí me acaban de hacer indefinida", comenta Ruth, quien se queja de la escasez de este tipo de contratos en el mercado laboral "porque la legislación los favorece".
Ninguno de los dos se ha fijado una edad para irse de casa, pero, como agrega Iñigo, de hacerlo sería por un alquiler razonable o a una Vivienda de Protección Oficial. Aunque en este último punto, Ruth recomienda tener cuidado con la casa que te toca. "Yo llevo cuatro años apuntada a Etxebide y nada. Además, conozco un caso de un chico que no sabe cómo amueblar su VPO sin gastarse mucho dinero porque todo el diseño es circular", critica.
Ambos consideran adecuado que cada estudio tenga como asignaturas básicas los idiomas que luego exijan las empresas. "Lo mismo pasa con el euskera de los euskaltegis, que al final es un negocio al no darlo en el modelo adecuado los colegios", se queja Ruth, quien propone como alternativa de ocio habilitar pabellones, como la antigua fábrica de tornillos de Miranda de Ebro.
Iñigo prefiere que el Consistorio piense en medidas para los tres robos de bicis que ha sufrido en un año.