vitoria. La industrialización del sector agrario en el territorio histórico requiere de fuertes inversiones para lograr la transformación ansiada. Para ello, las apuestas pasan, en buena medida, por convertir el tradicional cultivo de secano en otro con mayor valor añadido. Y, para ello, el agua es fundamental. Sin embargo, el agro alavés está muy lejos de lograr los ratios previstos y los planes de infraestructuras no avanzan con la misma rapidez que la redacción de los proyectos de las mismas. No en vano, comunidades de regantes y Ejecutivo foral quieren poner en funcionamiento 60.000 hectáreas de regadío, aunque el de Rioja Alavesa lleva un retraso de décadas y el de Maeztu todavía no tiene el Plan de Seguridad. Los planes avanzan a paso de caracol.

En principio, el objetivo final de todas estas actuaciones es lograr 60.123 hectáreas de regadío en Álava, capaces de regular 60 millones de litros de agua. Hasta el momento hay consolidadas 21.000 hectáreas, y otras 15.000 están a expensas de su finalización y 23.000 necesitan ser mejoradas o modernizadas.

En ese sentido, 27 millones de euros forales se han gastado o están comprometidos en la creación de nuevos regadíos en el territorio histórico. No obstante, algunos de estos planes llevan ya retrasos históricos al estar comprometidos por el Gobierno central, como es el caso de algunas fases a ejecutar en Rioja Alavesa.

De acuerdo con los datos facilitados por la diputada de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia, en una reciente comparecencia en Juntas Generales, en la actualidad se están ejecutando diversos trabajos en tres proyectos diferentes. Por una parte se actúa en la Fase II del Regadío de Rioja Alavesa-Sonsierra Riojana, con la instalación de las infraestructuras en Labastida, San Vicente de la Sonsierra, Ábalos y Briñas y un plazo de ejecución que se extenderá durante todo 2011. Por cierto que las comunidades de regantes de La Rioja reciben unos apoyos extras de su Gobierno, con lo que la aportación que tendrán que hacer a la obra será casi simbólica. Esta obra está cofinanciada por las comunidades de regantes, el Gobierno central, el Gobierno de La Rioja y la Diputación alavesa, que aporta 2.795.341,50 euros al conjunto de todas las fases de este proyecto.

Otra de las actuaciones se realiza en la red de riego de la zona del río Rojo-Berantevilla, entre Burgos y Álava, donde se está acometiendo la presa, captaciones, impulsión y conducción principal por parte del Ejecutivo foral. La inversión al respecto supone casi 10,5 millones de euros. El tercer proyecto se corresponde con la infraestructura hidráulica en alta en la zona regable de Valles Alaveses, en su cuarta fase, a la que se destinan 10,5 millones de euros. Estas inversiones suponen un pellizco importante en el Presupuesto de la Diputación, pero desde el Departamento de Agricultura se considera que es un "gasto imprescindible para aumentar la eficiencia en el uso del agua, mejora la renta agraria y el desarrollo rural y ayuda al equilibrio de los intereses socioeconómicos y ambientales", según indica Beltrán de Heredia.

Estos son los proyectos que se encuentran en ejecución, pero hay otros en los que se está trabajando. Es el caso del anteproyecto de regadío de los Valles Alaveses en el resto de zonas al margen de la IV. También, por iniciativa de la Comunidad de Regantes de San Miguel de Mendierre, se proyecta la reforma de la presa de Ullibarri-Jauregui y la impermeabilización de la balsa de Ullibarri-Arrazua.

Embalses reguladores Los técnicos también están trabajando en la tercera fase de los regadíos de Rioja Alavesa, concretamente en la planificación de los embalses reguladores, cuyos proyectos están muy avanzados, pero que suponen una inversión importante, por lo que se tiene que contar con otras instituciones para poder llevarlo a cabo. Finalmente, con respecto a la balsa y regadío de la zona de Maeztu, en la balsa de Sansibarri se continúa trabajando en los sistemas de seguridad, que han impedido hasta ahora, que el regadío funcione con la normalidad que desean los agricultores de la zona, ya que se ha regado algo el año pasado, pero con carácter excepcional a causa de la climatología. En estos momentos se ultiman los sistemas de comunicación y aviso a la población del Plan de Emergencia.

Además no hay que olvidar que desde comunidades de regantes y Diputación se sigue trabajando para combatir la plaga de mejillón cebra que, en algunos lugares, han llegado a caer junto al riego en las parcelas cultivadas. Hace unos días se inauguró la planta de tratamiento y filtrado de Oion y están comprometidas plantas similares en los puntos de captación de agua en el río Ebro para las comunidades de El Risco, en Lapuebla de Labarca, y en Baños de Ebro, que son los tres puntos donde se ha detectado la plaga.