La historia de la zona africana de Grandes Lagos es para el que fue cooperante en Ruanda Ramón Arozarena la de una injusticia olvidada. De ahí que la mesa redonda que ofreció ayer en la sala vitoriana Luis de Ajuria llevase ese título. La charla en cuestión tenía un sólo objetivo: quebrar la imagen de aquel país como modelo de gobernanza, de desarrollo económico, nacido de la legitimidad por ser salvador del genocidio tutsi. "Se trata de un régimen autoritario que comete abusos terribles, de crímenes contra la humanidad, como lo reconoce el informe de la ONU de octubre de 2010", valora Arozarena.
Aunque medio mundo se muestre partidario de las revueltas democráticas en el mundo árabe, de momento es difícil que a corto plazo éstas se trasladen a territorio ruandés. "Ruanda forma parte de la política geoestratégica de EEUU desde 1985, cuando se interesó por África para evitar la expansión del fundamentalismo islámico y, sobretodo, por ser junto a Congo una tierra rica en minerales y reservas de hidrocarburos", puntualiza el catedrático de francés ya jubilado.
Dos buenas razones que, a su juicio, han provocado la complicidad de la comunidad internacional para hacer la vista gorda a las tropelías allí cometidas. Entre ellas, las del asesinato del misionero guipuzcoano Isidro Uzcudun, "un testigo incómodo" de lo que allí acontecía. Al igual que él otros cinco religiosos más junto con tres miembros de la organización Médicos del Mundo, fueron entre 1994 y 2000 presuntamente asesinados por tutsis. Pese a que el juez Andreu inició un auto de procesamiento para pedir órdenes de arresto internacional de la cúpula del Gobierno ruandés, Wikileaks desveló que el Estado en realidad despreció la causa por los nueve muertos. "Se ha descubierto las presiones aceptadas de EEUU para que el Gobierno español no aceptara en exceso este auto", agrega.
Una revelación esta que ha hecho alimentar poco a poco la conciencia crítica en contra del presidente ruandés Paul Kagame. "Su prestigio internacional se ha deteriorado como cuando conseguimos que no se reuniera con Zapatero".
Odio que se sigue sembrando
Campaña de esterilización
Aunque lejos de las fronteras de este país africano ya se esté quitando la venda de los ojos, de puertas para dentro tienen prohibido hacerlo. La disidencia es encarcelada y se sigue sembrando el odio entre ambas etnias. En esta ocasión les toca a los hutus. "Les impiden llegar a la élite si fomentan que el inglés sea la lengua que se priorice para pasar a secundaria, cuando los tutsis son los que han sido anglófonos". No acaban aquí las penas para los hutus puesto que el ministro de Sanidad iniciará una campaña de vasectomización este verano. "Es fácil interpretar que esta etnia sea la perjudicada, si la medida no se hace en base a número de hijos que un hombre tenga y sin un debate social de por medio".