EN en el convento de monjas de clausura Santa Lucía de Zaragoza, la Policía investiga el presunto robo de un millón y medio de euros, que la comunidad cisterciense guardaba en efectivo en el cenobio, situado en el barrio de Casablanca de la capital aragonesa. El suceso tuvo lugar el pasado lunes 28 de febrero tras las rejas del recinto que las cistercieneses habitan desde 1967.

Fuentes policiales indicaron que le investigación se abrió la pasada semana, después de que las propias monjas denunciaran el día 28 de febrero la desaparición del dinero que, en su mayor parte, estaba en billetes de 500 euros.

Según reveló ayer El Periódico de Aragón, la Policía y el juzgado de instrucción número 9 de Zaragoza, que se ha hecho cargo del caso, indagan, además de la desaparición, el origen del dinero que, según dijeron las monjas a los agentes, lo guardaban en "bolsas de plástico" dentro de un armario.

Al tratarse de una comunidad religiosa de este tipo, resulta muy llamativo que tuvieran una cantidad de dinero en efectivo tan elevada.

Las monjas declararon que una de las puertas de acceso a uno de los edificios del convento había sido forzada La noche del 27 al 28 de febrero, cuando ellas dormían. Aunque se desconoce si fue una o varias las personas que pudieron actuar en el asalto al monasterio. Las hermanas se dieron cuenta de la falta del dinero el lunes de la semana pasada, el 28 de febrero, a primera hora de la mañana. El rotativo aragonés dijo que a simple vista podría tratarse un simple robo con fuerza, "una suerte delictiva que con la crisis supera en Aragón los dos centenares de episodios anuales, dos tercios de ellos en Zaragoza". El robo de este millón y medio de euros ha sido una de las principales cifras de dinero sustraída en metálico en la comunidad aragonesa hasta la fecha.

El convento de la orden cisterciense está situado en la calle Maestre Racional, junto a Vía Ibérica, en Zaragoza. Allí se dirigió, tras recibir una llamada telefónica de las monjas a las 8.00 horas del lunes, un grupo de agentes de la Policía Científica. Estos inspeccionaron el inmueble en busca de huellas dactilares, rastros genéticos o indicios de cualquier tipo que puedan determinar quién cometió el robo.

Por otro lado, las monjas fueron interrogadas por otros agentes para encontrar datos que puedan facilitar la resolución del caso. Si el robo fue un episodio fortuito de un ladrón que se encontró una cantidad millonaria sin saber que podía encontrarla allí, o si, por el contrario, se trata del golpe de un ladrón de guante blanco que fue a buscar el botín allí donde él sabía que se encontraba, es una de las primeras cuestiones que ha de concretar la Policía.

En esta comunidad religiosa, conocida por su dedicación, entre otras tareas, a la restauración de libros antiguos y pergaminos, vive Isabel Guerra, "la monja pintora", cuyas obras tienen una gran demanda y alta cotización, recuerda El periódico de Aragón. Los dibujos de Isabel Guerra pueden costar entre 2.500 y 12.000 euros y sus cuadros llegan a los 48.000 euros. Expone cada tres o cuatro años y lo vende todo. Incluso existe una lista de espera de compradores en la galería Sokoa de Madrid, que la representa. En la web que tiene la comunidad, monasteriosantalucia.com, las monjas citan como uno de sus conceptos espirituales básicos la "simplicidad de costumbres".