MADRID. El marinero ha identificado a los dos presuntos piratas, que se enfrentan a penas de 220 años de cárcel por 36 delitos de detención ilegal --6 años por cada uno de los marineros-- y robo con violencia y uso de armas, que está tipificado con 4 años más. Las acusaciones particulares de cuatro marineros les acusan, además, de un delito de asociación ilícita.

Tras permanecer 47 días secuestrado, Fernández ha destacado que algunas las noches sigue despertándose "sobresaltado". "Lo he pasado bastante mal, no sé si estoy secuestrado, en el barco tranquilamente o en casa", ha enfatizado, para añadir que el momento en el que los piratas se volvieron "locos y muy violentos" fue cuando se enteraron que la fragata 'Canarias' había apresado a dos de ellos.

Asimismo, ha explicado que los piratas en un momento dado les amenazaron con llevar a cabo un ametrallamiento colectivo en la cubierta y separaron a tres de los marineros, entre los que estaba él, para que llamaran a sus familiares y les indicaran que iban a ser entregados a las familias de los detenidos. "Lo pasé muy muy mal", ha subrayado.

Ha recordado que la tripulación del atunero percibió el 2 de octubre de 2009 que dos esquifes en los que iban a bordo los asaltantes se aproximaron al 'Alakrana', por lo que los marineros comenzaron a gritar "¡Piratas, piratas!" y "corrieron a esconderse". Los secuestradores se hicieron entonces con el control del barco y comenzaron a patelear y maltratar a los marineros.

Finalmente, ha explicado que los asaltantes exhibieron en el 'Alakrana' una bandera de Somalia durante los días que duró el cautiverio y que tras la liberación él pintó una bandera de España.

"Soy español, me siento español, aunque no he nacido en España necesitaba ver en el buque 'Alakrana' la bandera de España", ha destacado, a lo que la presidenta del tribunal, Angela Murillo, ha contestado: "Pues tiene usted buen gusto".

"AHÍ SE ACABAN LOS HOMBRES Y EMPIEZAN A APARECER OTRAS COSAS"

El marinero y engrasador del 'Alakrana' Pedro Ortún Gaiza ha rememorado el momento en el que los piratas amenazaron con ejecutar un "ametrallamiento colectivo" contra la tripulación y cómo se desató entonces una "presión máxima" con los secuestradores cargando granadas y ametralladoras y descarcándolas sobre las cabezas de los marineros. "Yo ahí he visto hombres orinarse. Ahí se acaban los hombres y empiezan a aparecer otras cosas", ha relatado.

El suceso se produjo porque la negociación no se sucedía en los términos "convenientes" para los piratas, entre los que un grupo exigía la liberación de los dos presuntos piratas detenidos por la fragata 'Canarias' para dejar libre la nave.

GUERRA INTERNA ENTRE LOS PIRATAS

Según ha añadido, otro "clan" estaba ya "cansado" tras 47 días de secuestro y deseaba volver a sus lugares de origen para "casarse" y continuar sus planes. "Querían salir cuanto antes", ha remarcado, para poner de relieve que entre los secuestradores había "una especie de guerra interna".

Una vez que los piratas amenazaron a toda la tripulación (excepto al cocinero y al marmitón) con ametrallarles, según ha dicho, llegó "el sumun de la presión" y automáticamente les ordenaron telefonear a sus familias. "Las llamadas son ya desesperadas", ha señalado, para explicar que "la técnica" consistía en "la presión psicológica y la desestabilización a nivel moral" para después que expresaran a sus familias el sufrimiento psíquico y físico.

Ortún ha explicado que trata de olvidar el cautiverio por "salud e higine mental" y ha precisado que "gracias a dios no ha hecho mucha mella" en él. "Al principio sí pero gracias a dios he vuelto al barco, he trabajado otra vez, he hecho otra marea. Para mí es cosa pasada, es una experiencia mala pero todo en la vida no puede ser un jardín de rosas", ha dicho.

Durante el juicio, también ha puesto de relieve la rutina de los piratas. Tras indicar que tenían "organigramas en las puertas con normas, reglas y deberes" que debían obedecer los asaltantes, ha relatado que en un momento dado trajeron 38 cabras al atunero para comérselas con "arroz y pasta". "Las traían vivas al barco, las pelaban, las troceaban, las mataban bajo el amanecer y las servían cocinadas", ha recordado.

En cuanto al momento de la liberación, ha indicado que la noche anterior llegó al bar "el jefe del clan, el señor de la guerra" y esa noche no se escucharon cantos, rezos ni móviles de los piratas en los pasillos. Eso sí, ha afirmado que no puede reconocer a los Hassan Aji ni a 'Abdu Willy' porque "la constante y la norma era no mirar a la cara" a los asaltantes. "La orden fue tajante si la incumplías, manipulaban el kalashnikov", ha subrayado, para agregar a continuación que oyó pasar una avioneta pero no vio cápsulas de dinero.

El juicio que se sigue ante la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal por el secuestro del 'Alakrana' se reanudará el próximo 16 de febrero con las comparecencias de los militares embarcados en la fragata 'Canarias', la cual liberó al barco y detuvo a los dos acusados.