madrid. Un enfermero de 52 años y natural de Mérida, Ángel Luis G.D.R, fue encontrado muerto ayer en su domicilio en el número 25 de la céntrica calle Ríos Rosas de Madrid, tapado con una alfombra y con varias heridas, al parecer, de arma blanca.

La víctima, que fue trasladada ayer por la mañana al Instituto Anatómico Forense de Madrid, trabajaba en la Unidad de Hemodinamia del Servicio de Cardiología del hospital Ramón y Cajal de la capital. Ante su ausencia, ayer hacia las 7.20 horas, una doctora del centro se puso en contacto con la Policía porque no podía localizar a un integrante de su equipo, que estaba de guardia en su casa, para atender una urgencia. La falta de respuesta al teléfono y al timbre de la vivienda hizo que los agentes, que acudieron al piso con los Bomberos, decidiesen acceder a la vivienda, donde encontraron el cadáver en el dormitorio que se encontraba revuelto y lleno de sangre, lo que indica una muerte violenta, mientras el resto de la casa estaba en perfecto orden.

trabajador Durante el día de ayer, en el lugar del suceso permaneció una amplia dotación policial, y por el mismo pasaron algunos familiares y compañeros de la víctima. Entre los vecinos, los familiares, los amigos y los compañeros de la víctima el mutismo fue absoluto, y algunos se limitaron a señalar que era una persona muy trabajadora, muy ordenada y que llevaba una vida absolutamente normal. Alguno de sus compañeros apuntó además que la víctima era una persona muy centrada en sus amigos, y aficionada a la moto, a salir a cenar con sus compañeros y amigos y al cine.

Según la doctora que dio el aviso, se trataba de un hombre muy responsable. Durante su larga trayectoria profesional en este hospital, Ángel Luis G.D.R había llegado a desempeñar el cargo de supervisor en Urgencias.