vitoria. Desde que hace tres años se produjo la explosión de la burbuja inmobiliaria, medio mundo se quedó parado. La crisis económica azotó a los dos sectores que hasta la fecha movían las economías mundiales: servicios y construcción y, en consecuencia, miles de personas empezaron a ingresar las listas del antiguo Inem.

Sólo en 2008, el parón en la edificación de vivienda libre en este territorio destruyó 4.000 puestos de trabajo, la mayoría eventual, al pasar de unos 12.000 trabajadores en 2007 a 8.000 operarios. Sin embargo, no se trata de un único annus horribilis, sino más bien del tercer año en el que caen las contrataciones en este sector. Según los datos de Lanbide, hechos públicos por el Instituto Vasco de Estadística Eustat, Álava cerró el año con 20.383 parados, siendo el 12,7% de ellos -2.595 personas- empleados de este mismo sector.

Estos malos datos hacen que la crisis del ladrillo no haya afectado únicamente a inmobiliarias y constructoras. Los estudios de arquitectura o los centros formativos especializados en este sector son los otros agraviados por el fin de la época de bonanza económica. En este sentido, uno de los que ha sufrido "un arma de doble filo con la crisis" es el IES Construcción Vitoria, galardonado con el certificado de calidad Q de plata. "Los estudiantes que quieren matricularse para tener un título en el área de la construcción son menos desde la crisis. Pero, al mismo tiempo, ha subido el número de parados que se apuntan en estos cursos de la tarde para reciclar sus conocimientos", explica Gizane Arteta, jefa de estudios de este instituto gasteiztarra.

Llama la atención que los desempleados por la crisis del ladrillo han sabido reaccionar. No se han quedado en el sofá a la espera de que los brotes verdes acaben de crecer. No en vano, un 20% de los alaveses que trabajaba en construcción personifica a la perfección la frase de que las épocas de vacas flacas también lo son de oportunidades. Prueba de ello es que éste es el porcentaje de alumnos que ha decidido reciclar sus conocimientos del sector con el que hasta entonces se ganaba la vida inscribiéndose en los cursos de formación no reglada del IES Construcción de Vitoria.

Aunque, eso sí, cabe destacar que este centro no ha llegado a ocupar el 40% que tiene como límite de parados por curso. "No llegamos a ese tope porque de media hay ese 20% de parados en cada clase", cuenta la responsable. Los inscritos en las listas del antiguo Inem quieren reciclar, sobre todo, sus conocimientos de madera y mueble -una media de diez desempleados que representan al 35% del total de 30 alumnos-, seguidos de "edificación y obra civil", con 75 parados, esto es, un 30% respecto al total de 250 matrículaciones. Este mismo porcentaje también se repite en los que se apuntan a prevención, con 96 trabajadores inactivos inscritos en este curso respecto al total de 320 pupilos.

La edad media de todas estas personas a las que la crisis ha golpeado de lleno es de 35 años, aunque en realidad, la horquilla es más amplia, al ir desde los 25 a los 60 años.

el auge de "Instalaciones" Por contra, más jovencitos, con una media de 20 años, son los cerca de 300 estudiantes de los cursos de formación reglada que se imparten en horario de mañana, de 8.00 a 14.30 horas. "Las matriculaciones en construcción están más flojitas, sobre todo en grado medio, que es donde se están echando para atrás. Esta especialidad se lleva más en los de grado superior, como en encargado de obra y en delineante", agrega Gizane.

El área que tiene más tirón entre este tipo de alumnos del IES Construcción es la de instalaciones. En este sentido, en grado medio destacan los dedicados a instalaciones de frío y calor, tanto en fontanería, como en calefacción y gas. El motivo de este éxito, según matiza la jefa de estudios, se debe a que estas profesiones tienen una gran salida laboral y, además, están bien remuneradas. "Basta con ver la factura que te cobran cuando vienen a reparar algo a casa", ilustra Gizane.

Entre las formaciones más demandadas de grado superior están todas las relacionadas con la eficiencia energética. "El boom son todas las que se especializan en el nuevo código ético de una construcción sostenible. Ya no es la moda de prevención de riesgos laborales, como pasó hace unos años".

El IES de Construcción de Vitoria no sólo se esmera en la teoría, sino que también aplica a la práctica la importancia de un consumo responsable de los recursos. De hecho, el Consistorio gasteiztarra entregó a este centro el pasado día 14 el certificado Oso ondo por sus buenas prácticas para ahorrar agua. "Conseguimos reducir la cantidad que usábamos en las cisternas e incluso para elaborar la masa de hormigón".

La próxima meta de este centro será la de quedar primero en las olimpiadas de FP Spainskills. "Veremos a ver lo que pasa en abril con nuestros dos alumnos", dice ilusionada la jefa de estudios del IES Construcción Vitoria.