Vitoria. La semana que arranca hoy promete ser clave para esclarecer el futuro de Garoña y poner fin al culebrón vivido la semana pasada sobre si, finalmente, la central se cierra en 2013 o su vida útil se prorroga. Tras las declaraciones del Gobierno central, se ha abierto una puerta para los partidarios de la instalación, quienes se habían visto con el poder de convicción suficiente para hacer rectificar a Madrid. Los pro Santa María de Garoña creían que antes del viernes se podría negociar con Zapatero y que, además, el pacto podía tener todos los visos de llegar a buen puerto.

Sin embargo, ayer mismo, la ministra de Medio Ambiente negó que sea posible una prórroga más allá de 2013. "No es un tema que esté encima de la mesa de la reforma de las pensiones y la fecha fijada es la que se va a llevar a cabo", indicó. Todo ello, pese a que el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, apelaba a la prórroga, a tenor de los cerca de mil puestos que se estiman en torno a esta factoría. Hoy mismo remitirá una carta a Zapatero para que Garoña no cierre sus puertas dentro de dos años. "Nunca es tarde para rectificar cuando esta rectificación es sensata".

En su opinión, el cierre de Garoña fue una decisión "caprichosa" y "personalista" que "no tuvo ningún sentido" desde el punto de vista económico, social y energético. El jefe del Ejecutivo regional considera que tanto la situación económica como los informes técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear que permitían diez años más de funcionamiento de la central, determinaban que la solución era clara, por lo que había que prorrogar su vida útil. "El Gobierno sitúa el fin de Garoña en 2013 y con ella la desaparición de un plumazo de más de mil empleos directos e indirectos. Sería una buena noticia, aunque inoportunamente en el marco de otras negociaciones, que mezcla la vida útil de los trabajadores con la energía nuclear", añade.

No obstante, Herrera se mostró "sorprendido" con el desorden que acompaña las negociaciones de la reforma laboral donde, en torno a la edad de jubilación, se ha puesto en cima de la mesa la vida útil de las centrales nucleares, y un posible cambio de 180 grados en la política nuclear del Gabinete Zapatero.

Todo lo contrario opinan los ecologistas y los ciudadanos que viven cerca de la instalación. El anuncio de una posible prórroga no les ha gustado nada, tras años de protestas y manifestaciones para lograr el cierre de la central.