PAMPLONA. Torero, director del Centro Building Research Establishment de Ingeniería de Seguridad contra Incendios de la Universidad de Edimburgo, ha trabajado en las investigaciones de los siniestros del World Trade Center de Nueva York de 2001 y de la Torre Windsor de Madrid en 2005.
El experto participará hoy y mañana en un seminario de Protección contra Incendios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, dirigido a estudiantes, profesionales de la construcción y a servicios de bomberos y emergencias.
En declaraciones a EFE, Torero ha especificado que "no hay dos edificios iguales" y que la única forma de construir uno a prueba de incendios es contar con un "ingeniero competente que lo diseñe de la manera adecuada en función de su geometría", ya que no existe un "recetario simple que cualquiera pueda aplicar".
Sin embargo, ha señalado que hay una serie de herramientas que aumentan la seguridad de un inmueble en caso de incendio, como que "el espacio esté compartimentado para que el humo no se desplace rápidamente, rociadores, sistemas de detección o un manejo adecuado de las vías de evacuación".
En el caso de las Torres Gemelas, Torero ha asegurado que se trataban de unas edificaciones con "mucha innovación de diseño estructural", pero que carecían de "métodos suficientes para evitar que la estructura se desplomara en un incendio de esa envergadura".
"Si un edificio llega al punto de derrumbarse durante un incendio, es que hay un problema de diseño y entonces no existe en él ningún lugar seguro, como ocurrió con las Torres Gemelas", ha aseverado Torero.
El ingeniero ha recalcado que el diseño de un edificio debería estar hecho de una manera tal que "soportara un incendio desde que se origina hasta que se extingue" y, aunque hay establecidas zonas refugio, éstas sólo sirven para "manejar de una forma ordenada la evacuación", pero no sustituyen a "la integridad estructural".
Integridad estructural, ha dicho Torero, presentan los edificios históricos que "han llegado hasta nuestros días", ya que "si han sobrevivido es porque se diseñaron de forma correcta, aunque los que los hicieron no buscaran realmente la seguridad".
Torero ha apuntado que los edificios antiguos presentan algunas "debildades inherentes al hecho de que no están alineados con el conocimiento que tenemos hoy en día", pero que eso no los hace "necesariamente más peligrosos".
Por otra parte, Torero ha achacado el incendio de la Torre Windsor a un problema "muy común", que aparece cuando una construcción se halla en un proceso de reforma y, por tanto, sometida a "una serie de cambios" que la vuelven "vulnerable".
"El Windsor era un edificio que iba a ser mucho más seguro una vez concluida la reforma -ha explicado Torero-, pero durante el proceso se debieron haber tomado ciertas precauciones para evitar que, en caso de incendio, las llamas se propagaran tan rápido, y estas medidas no se tomaron o incluso se eliminaron".
Torero ha advertido de que uno de los grandes errores que se cometen en un incendio es "pretender que el ocupante de la vivienda intervenga en la extinción", y ha asegurado que la mejor forma de garantizar la seguridad es "dirigirse inmediatamente a la vía de evacuación y salir de una manera calmada y ordenada lo antes posible".