Vitoria. Los vecinos de la urbanización de Larrabea, en Legutiano, viven atemorizados. La Ertzaintza sigue la pista desde hace algo más de un mes a los autores de una serie de robos en viviendas unifamiliares y caseríos de la zona, aunque de momento no se ha producido ninguna detención. En vista de ello, los inquilinos han decidido organizarse en grupos de vigilancia para evitar que entren en sus casas.

El primero de los asaltos, hasta un total de cuatro, se produjo el pasado día 9 de noviembre. Los ladrones saltaron la valla del número 20 de la citada urbanización, y emplearon la caseta del perro para llegar hasta la planta superior y entrar por la ventana. Una vez dentro, se apoderaron de su botín, compuesto principalmente por joyas.

"Desde aquel día se produce prácticamente un robo cada semana", explica el portavoz de la entidad urbanística de conservación del SAU Deportivo Larrabea, que agrupa a las viviendas afectadas. Según insiste, en todos los casos el modus operandi es muy parecido. Los asaltadores se presentan en las casas siempre entre semana y por las tardes. Todos los robos se han producido en un espacio de tiempo comprendido entre las 19.30 y 21.00 horas, y según los residentes, esperan a que la vivienda esté vacía para entrar en ellas. "Creemos que nos están sometiendo a una profunda vigilancia". Éste fue también el caso del segundo de los golpes cometidos en Larrabea. Su inquilino había salido un momento a Vitoria para realizar unos recados, y mientras tanto, los ladrones aprovecharon para llevarse un sobre que casualmente había dejado el dueño en su interior y que contenía abundante dinero en metálico.

Pero los robos no sólo están afectando a esta urbanización. A poca distancia, en Gojain, el caserío Txabolapea también ha sido objetivo de estos delincuentes. "El propietario estaba con las vacas en la parte trasera de la casa y le entraron hasta arriba", asegura el portavoz vecinal. En todos los casos se llevaron bienes de poco tamaño pero de gran valor económico, como joyas, oro o dinero en metálico.

De momento, no han trascendido datos sobre los posibles autores de estos robos, aunque la Ertzaintza los desvincula con el asalto producido la pasada semana en un caserío de Murgia, en el que fueron agredidas dos ancianas. La Policía autonómica detuvo días después a una mujer de 60 años de edad acusada de cometer cinco robos entre junio y diciembre en caseríos aislados de distintas localidades de Euskadi, entre ellos, en éste de Zuia. Sin embargo, las sospechas de los agentes apuntan ahora en otra dirección. "Tienen alguna huella dactilar y también pisadas en la nieve; podría tratarse de una pareja, de un chico y una chica, pero todavía no se sabe nada más", añade.

Entre tanto, el temor se ha extendido por toda la zona. Los vecinos han reclamado a la Ertzaintza mayor presencia policial para evitar que se produzcan más asaltos. "Sólo tienen a una patrulla en toda la comarca y cuando les llamas tardan 20 minutos en llegar", se queja el portavoz de los inquilinos de Larrabea. Por este motivo, han decido organizarse y llevar a cabo por su cuenta tareas de vigilancia. "Estamos haciendo una labor policial que no nos corresponde", se queja este vecino.

La urbanización fue creada en el año 1995 y está ubicada en las inmediaciones del campo de golf. Actualmente, de sus 38 parcelas, 15 están ocupadas, y los ladrones ya han entrado en tres de ellas, de ahí que la preocupación se haya disparado.