Santiago. Al menos ochenta y tres presos murieron ayer a causa de un incendio desatado en la cárcel de San Miguel, una sobrepoblada prisión del sur de Santiago de Chile, pero las autoridades temen que el número de víctimas aumente ya que hay doce heridos graves.

El siniestro, según los funcionarios de prisiones, se inició a las 5.30 hora local tras una riña entre reclusos que quemaron colchones en la Torre 5 de la prisión. Tras recibir la alerta, los vigilantes llamaron a los bomberos, que llegaron en veinte minutos pero no pudieron hacer nada para sofocar las llamas a tiempo.

En el sector sur fallecieron 66 presos, mientras que en el sector norte se registraron 15 muertos, explicó el intendente (gobernador) metroplitano, Fernando Echeverría. Otras dos personas fallecieron tras ser trasladadas a centros hospitalarios. La mayoría de los heridos graves están afectados por quemaduras parciales y de las vías respiratorias, pero las autoridades temen que el número de víctimas aumente dada la gravedad de los heridas. "Se actuó oportunamente y con prontitud, pero tenemos una sobrepoblación de internos", reconoció el director de Gendarmería, Luis Masferrer.

hacinamiento carcelario La cárcel de San Miguel está preparada para 1.100 reclusos, pero actualmente está ocupada por 1.961, una circunstancia que, según, las autoridades "refleja la precariedad del sistema carcelario chileno". "No podemos seguir viviendo con un sistema carcelario que es absolutamente inhumano", manifestó el presidente, Sebastián Piñera, a su llegada a la Posta Central de Santiago, uno de los centros hospitalarios adonde fueron trasladados algunos de los heridos graves.

Piñera, quien calificó lo sucedido como una "tremenda y dolorosa tragedia", afirmó que la situación el hacinamiento en las cárceles del país es problema "heredado del pasado", en alusión implícita a los gobiernos de la Concertación. "Esperamos que el número de fallecidos no aumente, pero no podemos garantizarlo", admitió Piñera.

Por otra parte, cientos de familiares de los reos, atacaron a pedradas a las autoridades, según periodistas y testigos presenciales. "Un verdadero caos se vive en estos momentos", destacaba un periodista de Radio Bío Bío al señalar que los familiares comenzaron a agredir a las autoridades lanzando botellas y piedras, por lo que la Policía tuvo que intervenir.

Uno de los más afectados fue el intendente (gobernador) metropolitano, Fernando Echeverría, a quien los familiares insultaron y lanzaron huevos y otros proyectiles. Echeverría tuvo que subirse a un vehículo para continuar la comunicación con los parientes.