laguardia. "A mi lo que me preocupa es que lo que está pasando en el Consejo Regulador se les vaya de las manos a los sindicatos y al final los agricultores tengamos más problemas de los que ya tenemos". Así se explicaba un viticultor de Oion, José Luis, uno de los muchos agricultores que viven de las uvas que producen y venden para que otros elaboren el vino de Rioja. Al igual que sus compañeros de profesión, advierten que la situación actual es muy complicada y son conscientes de que las posturas se están llevando a extremos.

¿Qué opinión tiene del parón al presupuesto del Consejo Regulador organizado por los sindicatos?

Yo no sé si esa es la mejor solución, pero es que lo que estamos viviendo durante los últimos años es muy duro para los agricultores y al final nos vamos radicalizando.

Pues siempre se ha dicho que los productores de uvas del Rioja eran muy afortunados?

Yo no digo que no hayamos ganado dinero otros años. Pero en estas dos o tres últimas campañas lo estamos perdiendo, porque hay compañeros que están entregando el producto a cambio de precios por debajo del coste de producción.

¿Se ponen ustedes de acuerdo con respecto a esos costes?

Yo no sé quienes se tienen que poner de acuerdo, pero para mí, entre productos, trabajo y mano de obra, a menos de 65 céntimos el kilo de uva es perder dinero.

Pues este año y el pasado se está pagando menos?

A cuarenta y cincuenta céntimos, a muchos. Y no sólo eso. Lo peor es cuándo. Casi todos estamos enganchados ya a los bancos, porque lo que hemos producido este año no lo comenzaremos a cobrar hasta enero o febrero y, si es en dos partes, la segunda no nos llegará hasta mayo o junio. Y eso como muy pronto, porque yo conozco compañeros a los que se les debe todavía la vendimia de 2009 y han tenido que hipotecar sus propiedades.

Pero se confiaba en que la Interprofesional del Vino serviría para solucionar esos problemas. ¿No es así?

La Interprofesional ha sido la última gran mentira de quienes controlan el Consejo. Cuando se le pide que fije precios, dice que no puede, que va contra la libre competencia. De momento sólo ha servido para bajar las producciones por hectárea un 10% y para beneficiar a los elaboradores.

Pero se ha estado diciendo que había crisis y que se estaba vendiendo menos vino de Rioja.

Yo no digo que no, que no lo sé. Pero dígame usted si entraría a comprar en algún sitio donde no estuvieran los precios colocados. Dígame qué le pasaría a un establecimiento que no tenga los precios a la vista del público. Pues que le multarían. ¿Nosotros qué somos para ser menos? Nadie trabaja sin saber cuánto cobrará a finales de mes y sin embargo, a nosotros, los agricultores, no sólo no nos lo dicen, sino que no se cuenta con nosotros para fijarlo y se nos paga cuando a ellos les viene bien.

¿Tienen ustedes miedo?

Cómo no lo vamos a tener. Quienes están dentro de las organizaciones no temen poner la cara, porque al final entre ellos se protegen. Pero quienes no estamos significados y sólo nos dedicamos a trabajar, claro que lo tenemos: a que se nos diga que llevemos la uva a otra bodega, a que se nos pague mal y tarde o a que se nos penalice por el grado de las entregas o por el motivo que sea.