vitoria. La apnea o ausencia de aire se define como una obstrucción de la vía aérea debido a la posteriorización de la campanilla y la lengua, que colapsan el paso del aire y provocan el cese de la respiración. La descripción técnica de este trastorno puede impresionar, aunque los médicos aseguran que todos hacemos apneas alguna vez. La alarma debe sonar cuando su frecuencia es mayor de 30 por la noche, ya que entonces se considera que es un problema grave.
En ese periodo de tiempo, el cerebro, que se ha quedado sin aire, tiene que realizar un gran esfuerzo por oxigenarse, y ese sacrificio explica que el afectado no repose de manera adecuada. El enfermo debe despertarse para salir del ahogo, por lo que el sueño se fragmenta, de ahí que padezca las consecuencias de un descanso poco reparador.
El desconocimiento de este trastorno explica que la mayoría de los alaveses que acude a Txagorritxu arrastre el problema desde hace una década. El perfil de quien sufre apneas de sueño es el de un varón de 55 años, obeso, que suele beber alcohol antes de acostarse y que no practica ejercicio físico. Sin embargo, diferir de este perfil no impide parecer este trastorno.
Tampoco todos los roncadores están predestinados a sufrir la enfermedad. Un estudio de la Unidad de Sueño de Txagorritxu revela que el 50% de los vitorianos y un 25% de las gasteiztarras roncan todos los días, pero sólo la cuarta parte de la población hace apneas.
Pese a que la enfermedad está poco interiorizada entre los vascos, la mayoría no duda en resaltar la importancia que tiene el descanso para llevar a cabo una vida sana. Según el informe realizado por la Asociación Española del Sueño, el 95% de la población considera que es importante para sentirse bien y gozar de buena salud. Sobre todo, creen que dormir bien es necesario para poder rendir en el trabajo y levantarse feliz. Sin embargo, el 13% de los encuestados declara que duerme mal o muy mal. Ello se achaca sobre todo al estrés o a problemas de salud, y en el último lugar se refieren a la apnea del sueño.