Bilbao. El Gobierno Vasco pondrá en marcha la próxima Semana Santa carriles reversibles en un tramo de la A-8 de 23 kilómetros entre Bikaia y Cantabria, para tratar de solucionar los atascos que se producen en esa vía y facilitar un ahorro de más de dos millones de euros al año.
Según explicó ayer Rodolfo Ares, este plan, elaborado entre la Dirección de Tráfico del Ejecutivo y la Diputación vizcaína, posibilitará que los días de mayor afluencia de vehículos en esa carretera se pueda circular entre la gasolinera de Ugaldebieta y la desviación al municipio de Castro Urdiales, en un carril del sentido contrario habilitado para ello.
Además de descongestionar el tráfico, Ares agregó que el proyecto logrará que la autovía sea "más rápida y segura", además de permitir la reducción de tiempo empleado en el trayecto, las emisiones de CO2, así como el combustible. Un proyecto que, según los cálculos de Interior, redundará en un ahorro anual de 2.002.080 euros, si el operativo con los carriles reversibles se pone en marcha al menos 20 veces al año.
Esta medida para mejorar la seguridad vial se enmarca de un fin de semana negro en las carreteras vascas, sobre todo para las de Navarra, puesto que tres personas perdieron la vida, entre el sábado y el domingo, debido a salidas de la calzada y colisiones. El comienzo de una nueva semana no ha significado que la lista de fallecidos en la red viaria haya cesado, cuando sigue la alerta amarilla por bajas temperaturas. De hecho, el último siniestro mortal sucedió ayer en la localidad guipuzcoana de Aia, donde un conductor murió tras colisionar frontalmente en la carretera nacional 364. Según informó el Departamento vasco de Interior, el accidente se registró a primera hora de la mañana, pasado el ato de Orio, en sentido Zarautz. Como consencuencia del choque, otra persona más resulto herida y la vía se tuvo que cortar en ambos sentido.