un grupo de reclusos de Nanclares acompañados por el pater de la cárcel, Txarli Martínez de Bujanda, y alentados por Fernando Martínez de Bujanda, primo de éste, han comenzado la segunda fase del proyecto Oleum, la primera recuperación de olivos centenarios para su puesta en producción.
El lugar no podía ser mejor: una parcela, dicen que la mejor de Rioja Alavesa, en el término de Moreda, en un lateral de la carretera que se dirige a Barriobusto. Allí, un grupo de olivos tricentenarios aguardaba desde hace años sin arreglar, en un espacio lleno de broza, a que alguien impulsara su recuperación. Aquí no se trata de cavar y plantar. El trabajo es duro y la motosierra se hace imprescindible para atacar las ramas aparecidas alrededor de los magníficos árboles de la parcela.
Según cuenta Fernando Martínez de Bujanda, la iniciativa de poner en valor los viejos olivos venía siendo alentada por el presidente del trujal de Moreda, sobre todo al estar a punto de cumplirse el primer aniversario del proyecto Oleum que impulsan el Gobierno Vasco y la Diputación alavesa. Al final, ambos primos se reunieron, para hacer una puesta en común: uno con la experiencia que podía aportar de campos de trabajo realizados por reclusos y el otro por sus conocimientos en el campo de la cooperación.
La primera referencia era encontrar el lugar donde realizarlo y así se fijaron en Moreda, donde hay 75 hectáreas de olivos. Designado el espacio el domingo pasado, se decidió dejar una parte de la finca "tipo bosque, para que la gente vea, en primavera, la diferencia entre las dos zonas y lo que hemos trabajado". "Es una finca de 120 olivos y el sitio es excepcional para realizar una práctica con la que poder evaluar después qué otras cosas podemos hacer", añadía Martínez Bujanda.
"El equipo de reclusos -comentaba- es estupendo, muy disciplinado en el trabajo. Pero además tenemos algo sorprendente. Con nosotros no sólo están los voluntarios de la pastoral que ayudan a Txarli, sino que han venido vecinos de Moreda, con lo que hemos podido dejar un voluntario con cada recluso, que los enseña a podar y trabajar".
Chacho es uno de los reclusos que, en un momento determinado y con una buena cantidad de serrín por encima, se detiene para comentar que "la experiencia es muy bonita". "Estamos aquí con unos profesionales que nos están enseñando este trabajo, que no habíamos hecho hasta ahora. Hemos estado llegando sobre las 9.30 horas y hemos trabajado hasta las 14.30 horas, que es la hora a la que nos íbamos a comer, aunque todos los días paramos para almorzar", comentaba. Para José Ramón Ceballos, presidente del trujal, "la experiencia es positiva al 100%, porque la gente está activa, se recuperan olivos que estaban secos desde hace 40 ó 50 años y se preserva el medio ambiente. Desde cualquier punto de vista la experiencia es muy positiva". Además, el proyecto Oleum está siendo un revulsivo fundamental "para la promoción del aceite en Rioja Alavesa. Además, al ver lo que se está haciendo, la gente coge ilusión y se conciencia del tesoro que tenemos aquí y, al menos, también hemos logrado que ya no se arranquen olivos. Ahora se plantan", subrayó.