vitoria. Todos los sentimientos de solidaridad del mundo concentrados en un día no han servido para evitar un nuevo caso de agresión machista en la capital alavesa. Pese a los esfuerzos de la sociedad al respecto, con la celebración el pasado jueves de la jornada internacional contra la violencia de género, aún quedan individuos que consideran un arte lo de pegar y menospreciar a una mujer. Y lo peor, es que cada vez hay constancia de agresores y víctimas cada vez más jóvenes. Ése es el caso del último detenido por agentes de la Guardia Urbana que, según parece, insultó, amenazó y agredió a su compañera, circunstancia que propició la acusación y posterior detención por parte de los policías. Estos explicaron que el arrestado, de 26 años, y la víctima residían en la misma vivienda, tras haber retomado la convivencia tras una ruptura reciente. El detenido pasó a disposición judicial una vez realizadas las diligencias oportunas.
Precisamente, para evitar casos como el descrito, el Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) anunció que a partir del próximo miércoles pondrá en marcha una campaña de comunicación bajo el lema Las cifras no engañan. Comparte tu responsabilidad, con el objetivo de denunciar y exponer "los datos que muestran desigualdades entre hombres y mujeres". En su boletín digital, Emakunde explicó que entre dichos datos se publicarán la renta personal media total de mujeres y hombres, la desigualdad salarial media anual, la pobreza y exclusión social y el cuidado de personas.
jóvenes en riesgo Sea como fuere, lo cierto es que la violencia de género es la principal causa de muerte entre las mujeres alavesas que tienen entre 15 y 45 años. Además, de los datos de la atención prestada a las víctimas de las agresiones machistas, llama la atención el alarmante aumento de las menores de 30 años que recurren a los servicios forales en busca de auxilio. De hecho, mientras en 2001, el 25% de las mujeres que acudía a este recurso tenía esa edad, la cifra de este año ya ha subido a una de cada tres.
La experiencia vuelve a demostrar que la violencia de género acostumbra a cebarse con las mujeres más débiles, inexpertas y vulnerables. No en vano, además de a las jóvenes, el número de víctimas extranjeras también experimenta una subida significativa, puesto que un 26% era inmigrante, frente al 19% de 2004. No obstante, de la radiografía de esta lacra social también se extraen resultados positivos, como que el 65% de las 503 beneficiarias del servicio de atención psicológica estaba separada o en trámites de separación.