londres. El tabaquismo pasivo causa cada año 600.000 muertes en todo el mundo (un 1% del total), siendo los niños el grupo de población más afectado, según un estudio de la revista médica The Lancet.

El estudio, encargado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el primero en calcular el efecto global del tabaquismo pasivo, que provoca la muerte de 165.000 niños cada año (un 28% del total).

Basándose en datos de 2004, los resultados ponen de manifiesto que el tabaco mata a seis millones de personas, fumadoras o no, anualmente. El tabaquismo pasivo causa 379.000 muertes por enfermedades cardíacas, 165.000 por infecciones respiratorias, que afectan especialmente a los niños, 36.900 por asma y 21.400 por cáncer de pulmón.

Annette Pruss-Ustun, una de las investigadoras de la OMS que participó en el estudio, afirmó que "el humo del tabaco sigue siendo uno de los contaminantes más habituales en lugares cerrados".

Un 40% de los niños, un 35% de las mujeres y un 33% de los hombres están expuestos al humo del tabaco de otras personas.

La mayoría de las muertes entre la población infantil se produce en países en vías de desarrollo, mientras que las muertes de adultos debido al tabaquismo pasivo son más habituales en los países ricos: en África murieron en el año de referencia 43.375 niños a causa del humo ajeno, frente a 9.514 adultos. Por el contrario, en Europa, en 2004 tan sólo fallecieron 71 niños por culpa del tabaco mientras que los adultos fumadores pasivos que murieron por esta causa ascienden a 35.388.

Los investigadores destacan que "los niños son los más afectados en todo el mundo ya que además no pueden alejarse de las personas que los exponen al humo, que suelen ser familiares cercanos o gente que fuma en casa. Además, las pruebas del efecto del humo en niños son mucho más contundentes".

Los autores del estudio proponen que, ante estas evidencias, se incrementen los mensajes sanitarios para evitar la exposición al tabaco de los más pequeños. Sólo un 7,4% de la población mundial vive en países con legislaciones que restringen el uso del tabaco en ciertos lugares.

Pese a todo, también hay lugar para el optimismo ya que iniciativas como la prohibición del tabaco en los lugares de trabajo han reducido notablemente el número de infartos al corazón.