bilbao. Cada día son más los bebés que se ponen a las puertas de la vida con antelación y los que, pese a ello, logran superar las dificultades para subirse al tren a un ritmo normal. Los avances tecnológicos y terapéuticos neonatales están permitiendo que las posibilidades de sobrevivir de los nacidos antes de las 37 semanas de gestación aumenten de manera imparable.

En el Estado 34.000 bebés nacen prematuros cada año, 1.500 en Euskadi. Esto significa que el 8,2% de los partos se produce antes de completar las 37 semanas de gestación. Al igual que en otras zonas del Estado, la mayoría de los partos prematuros -un 89% de los vascos- tiene lugar entre las semanas 32 a 36 de gestación. Los Cuidados Centrados en el Desarrollo (CDD) tratan de establecer medidas para reducir al máximo los efectos negativos de los ruidos, luces y manipulaciones externas, como factores negativos de estrés sobre estos bebés. En este camino la mamá canguro coloca durante horas a su niño o niña sobre su regazo para que éste perciba los olores, el roce de su piel y los ruidos de los órganos del cuerpo de la madre o del padre.

"Los Cuidados Centrados en el Desarrollo (CDD) van dirigidos a los niños y niñas ingresados en las Unidades Neonatales. La fragilidad de los prematuros suele ser mayor, tienen una estancia más prolongada, y también mayor dificultad para asumir los estímulos ambientales. Un niño que nace a término está preparado para la luz y el ruido, sin embargo un prematuro no. El sistema CDD está centrado en las necesidades del niño y de la familia", explica Carmen Pallás, jefa del Servicio de Neonatología del Hospital 12 de octubre de Madrid, donde se han celebrado las II Jornadas Internacionales sobre los cuidados neonatales centrados en el desarrollo y la familia.

En el encuentro, organizado por el Comité Científico del Proyecto Hera, han participado 60 hospitales -entre ellos Txagorritxu, en Álava, y Cruces y Basurto, en Bizkaia- creando equipos multidisciplinares integrados por médicos, enfermeras y profesionales de atención temprana -sicólogos y fisioterapeutas- que velan por la aplicación de los CDD, con la colaboración de la Fundación Abbot. "Estas técnicas y los avances terapéuticos han posibilitado un incremento espectacular en la supervivencia de los bebés".

Parte de estos cuidados se centran en implicar a los padres y las madres en la asistencia a los bebés ingresados, tanto en la alimentación como en su aseo. "Los estudios clínicos vienen demostrando que una mayor humanización en el cuidado de estos niños favorece el desarrollo tanto físico como neurológico", añade Idoia Ezquerra, presidenta de la asociación de prematuros vascos, en Gipuzkoa, y ama a su vez de Luken, de 21 años y Luna, de 7 años, los dos hermanos llegados con mucha antelación.

La atención a estos niños implica el trabajo de un equipo multidisciplinar que incluya a psicólogos y terapeutas. " Nos encantaría que todas las unidades prenatales cuenten con un psicólogo para intervenir directamente con las familias y para ayudar a los profesionales a soportar mejor estas situaciones", añade Mónica Virchez, presidenta de la Asociación Prematura, quien dio hace ya once años dio luz a Tania, Fiona y Didac, a las 29 semanas. "Vivía con mi marido en Londres; la atención que me prestaron fue excepcional. Así que cuando regresamos a Barcelona me dediqué a dar a conocer mi experiencia a otras mujeres en mi situación", reconoce.