podrían ser perfectamente la imagen de una campaña que acaba de iniciar la Fundación Secretariado Gitano (FSG) para tratar de impulsar la escolarización entre la población más joven. Blas Jiménez, Ignacio Jiménez, Isaac Borja y Laura Jiménez son los únicos gitanos de Vitoria que el pasado curso lograron sacarse el Graduado en ESO y hoy se han convertido en la esperanza para su gente. Por ello, están dispuestos a contribuir con su esfuerzo al avance de la comunidad, convencidos de que, tal y como reza el eslogan de la citada campaña, "los gitanos con estudios son gitanos con futuro".

Las estadísticas conocidas estas últimas semanas revelan las carencias que presenta todavía el colectivo en cuestión de formación. Si bien es cierto que en los últimos años se ha experimentado una incorporación progresiva a las aulas, especialmente en Primaria, etapa en la que la escolarización roza el 100%, aún queda mucho camino por recorrer en Secundaria. Algunas cifras asustan. Se calcula que ocho de cada diez alumnos gitanos que empiezan la ESO la abandonan antes de finalizar.

En Álava, aunque la situación no llega hasta tal extremo, el fracaso escolar sigue siendo elevado entre el colectivo. Pese a que se trabaja por que los jóvenes permanezcan en las aulas hasta los 16 años, que es cuando finaliza la educación obligatoria, la mayoría no consigue completar estos estudios; los abandona cuando cumple esta edad. Es por ello por lo que el caso es estos cuatro adolescentes es casi una excepción. "Mis amigos se suelen reír, me han llegado a decir que los gitanos no valemos para estudiar", asegura Isaac, que el pasado mes de junio logró concluir la ESO no sin esfuerzo.

Como en la mayoría de los casos, su éxito no hubiera sido posible sin el apoyo de la familia, un elemento decisivo en el futuro de todos ellos, ya que no siempre suelen estar dispuestos a que sus hijos continúen estudiando. "Mis padres piensan de una forma más moderna, siempre me han apoyado y me han dicho que si el problema era el dinero, ellos lo ponían, que no me preocupara por eso".

Este futuro informático -es al menos lo que quiere estudiar los próximos años- sostiene que en la comunidad gitana de Vitoria se está dando "una pequeña revolución". Los avances se consiguen poco a poco, pero cada vez son más los que llegan a ser conscientes de que sin la formación necesaria se reducen las posibilidades a la hora de encontrar trabajo, y en definitiva, de conseguir una verdadera integración social. Incluso entre las chicas se está dando también un cambio de mentalidad.

Desde la asociación gitana de Álava Gao Lacho Drom aseguran que las gitanas están retrasando el momento de tener su primer hijo. Y no sólo eso. También en sus casas la natalidad ha disminuido, y en lugar de ser diez hermanos como ocurría antes, ahora son sólo cuatro. "La carga familiar se ha reducido, ya no les hace tanta falta que haya chicas en casa", explica Rosa Romero, vicepresidenta de la asociación.

Laura es un claro ejemplo de las barreras que poco a poco está logrando superar el colectivo gitano femenino. Pese a sus dificultades, también logró aprobar la ESO, pero después su familia quiso que se pusiera cuanto antes a trabajar. "Me quisieron llevar al mercadillo porque mi madre tenía que estar en casa, menos mal que la asociación intervino", asegura. Gao Lacho Drom consiguió mediar en el problema y convencer a su familia de que Laura, la mayor de tres hermanos, podía tener un futuro prometedor. Actualmente estudia un módulo de Auxiliar de Enfermería en el Instituto Jesús Obrero. La joven, de hecho, es una excepción en su entorno. Ya no pasa tanto tiempo en la calle porque tiene otro tipo de preocupaciones. "Cuando mis amigas salen de fiesta o quedan con sus novios, yo tengo que subir a casa a estudiar. Mira que les digo: ¡qué tonterías estáis haciendo! Pero no me escuchan".

A Ignacio le ocurre algo por el estilo. La cuesta tener que andar pidiendo la paga a sus padres a estas alturas, pero está convencido de que tiene que terminar el Bachillerato para poder hacer un módulo superior de FP, posiblemente algo relacionado con las energías renovables. "No me queda otra, ¿qué voy a hacer si no?, ¿estar en la calle sin hacer nada?", se pregunta. La mayoría de sus "primos" ya han dejado los estudios para irse con su padre a trabajar. "Ellos se han casado jóvenes y han formado una familia pronto". Pero Manolo, que es como le llaman en el barrio, sigue matriculado en Diocesanas.

Con él va cada día a clase Blas, el cuarto gitano que este año ha conseguido el Graduado. Otro que también está muy convencido del camino que ha elegido. "Es la única forma de tener un futuro y también de que avance la comunidad gitana", afirma. Sin embargo, sabe que una vez en la calle, con el título en la mano, no lo va a tener fácil. "Sé que, por el hecho de ser gitano, voy a tener que demostrar el doble que los demás para encontrar trabajo", añade.

Como en el resto de los casos, también su familia ha ejercido una gran influencia en la decisión que ha tomado. Su madre Antonia le apoya al cien por cien. "Yo quiero que mi hijo tenga un papel donde ponga que sabe trabajar", asegura.

gao lacho drom

La asociación trabaja con las familias y proporciona refuerzo al alumnado

En la actualidad, los colegios alaveses acogen a 530 alumnos de etnia gitana, 126 en Infantil, 256 en Primaria y 139 en la ESO. El objetivo es evitar que salgan de las aulas antes de tiempo y en ello trabaja actualmente la asociación gitana. Gao Lacho Drom lleva a cabo distintas acciones tanto dentro como fuera de las escuelas para tratar de incidir en el éxito escolar del alumnado. Así, proporciona clases de refuerzo, realiza tutorías individualizadas y se reúne también con las familias para mostrarles los beneficios de que sus hijos reciban una formación adecuada. "Están acostumbrados a que les llamen del colegio cuando ocurre algo malo, pero les tratamos de hacer ver que sus hijos son también capaces de hacer las cosas bien", explica Romero. A ellos, de hecho, va dirigida en gran parte esta nueva campaña que ha iniciado por todo el Estado la Fundación Secretariado Gitano.

Sin embargo, en Vitoria ya llevan tiempo trabajando estos aspectos. La mayoría del alumnado carece de referentes académicos dentro de sus familias y de espacios adecuados en sus viviendas para que puedan estudiar. Por ello, la asociación cede varios de sus despachos para tal fin. "Es difícil que tengan hábitos de estudio en una casa donde hay diez hijos, por eso tenemos que facilitarles un espacio", asegura. Las salas se ubican en el barrio de Sansomendi, que es donde se concentra la mayor parte de la población gitana, aunque también hay alumnos repartidos por otras zonas de la ciudad a las que la asociación no siempre consigue llegar.Los recortes presupuestarios que ha introducido el Gobierno Vasco motivado por la crisis también afectan a esta comunidad. Las subvenciones que recibe Gao Lacho Drom para impulsar acciones en materia de Educación se han visto reducidas este año a la mitad, por lo que, según denuncia, carece de personal necesario para seguir por este camino.

Los avances conseguidos en la última década son evidentes. No sólo se está evitando la desescolarización entre las familias de etnia gitana, sino que buena parte de ellas ha demostrado su apuesta por el euskera. Sin ir más lejos, el 90% de los estudiantes que se matricularon por primera vez en Primaria lo hizo en el modelo B, que es bilingüe. Así las cosas, las estadísticas siguen sumando gitanos con estudios. "¿Quién sabe? Igual el año que viene, en lugar de cuatro con Graduado somos cuarenta", reflexiona Laura.