DONOSTIA. Cuatro ciudadanos rumanos han sido condenados a catorce años y medio de cárcel por violar en grupo de forma brutal a una mujer en una zona de huertas de Irun.
Los cuatro acusados se han conformado con esta pena durante el juicio celebrado hoy en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, durante el que han asumido los hechos y la petición de condena realizada por la Fiscalía.
Como parte de la pena, los cuatro procesados no podrán aproximarse ni comunicarse durante 16 años con su víctima, a la que deberán indemnizar con 50.000 euros. Además, dos de ellos también tendrán que cumplir seis días de localización permanente como autores de una falta de maltrato.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los hechos ocurrieron la madrugada del 26 de junio de 2008, cuando los procesados se encontraban en un bar del barrio de Anaka de Irun, en el que entablaron conversación con la víctima.
VIOLADA Y GOLPEADA REPETIDAMENTE
Cuando la mujer abandonó el local, los inculpados la siguieron, dos de ellos la cogieron "con fuerza" por los brazos y, sin atender las peticiones de la mujer para que la dejaran, comenzaron a golpearla con los puños en la cabeza y con la mano abierta en la cara, mientras los otros dos procesados les seguían.
La víctima fue conducida por la fuerza a una zona de huertas, donde la arrojaron al suelo, le arrancaron la ropa interior y la inmovilizaron, "sujetándola por los hombros desde atrás", mientras continuaban golpeándola cada vez que intentaba incorporarse.
De esta forma, los encausados la violaron "de forma sucesiva" en varias ocasiones "sin dejar de golpearla" y uno de ellos la obligó a hacerle una felación.
SOCORRIDA POR UNA AGENTE MUNICIPAL
Cuando terminaron, los imputados dijeron a la mujer "que la iban a llevar a un sitio a dormir y a descansar", palabras que hicieron que la víctima temiera "por su vida", por lo que les dijo que "no había pasado nada, que estuvieran tranquilos y que ella ya se marchaba a su casa".
Sin embargo, dos de los acusados la agarraron del brazo y la arrastraron hacia una calle por la que en ese momento pasó un ciclomotor, circunstancia que la agredida aprovechó para pedir socorro y los encausados comenzaron a pegarle de nuevo en la cabeza y en la cara.
Posteriormente, pasó por el lugar otra moto pilotada en esta ocasión por un agente de la Guardia Local de Irun que vio como los encausados "zarandeaban y golpeaban" a la chica y escuchó sus gritos de auxilio por lo que detuvo su marcha y se identificó como policía, tras lo que los agresores se dieron a la fuga.
A consecuencia de la violación, la mujer sufrió diferentes heridas como hematomas y erosiones en la cara, los brazos, las piernas y la espalda.