vitoria. El territorio histórico de Álava mantiene barreras urbanas que acentúan la discriminación que sufren los discapacitados. Escalones para acceder a tiendas o restaurantes, plataformas que no soportan el peso de las sillas de ruedas, ausencia de habitaciones adaptadas en hoteles y hospitales, bordillos superiores a los 14 centímetros, autobuses con rampas que no funcionan... Son sólo algunos de los obstáculos que se encuentran las personas con discapacidad o con movilidad reducida en Vitoria. Además, a pesar de la vigencia de la Ley de Accesibilidad, son muchos los edificios públicos que no cumplen la normativa existente. Éste es el caso de las oficinas de Bizilagun, servicio público de propiedad horizontal y arrendamientos urbanos que ofrece información sobre temas relacionados con las comunidades de propietarios, la conservación y rehabilitación de edificios o la Ley de Arrendamientos Urbanos.
Elena Argote, una vecina de Gasteiz, denuncia que la semana pasada acudió con su madre, una persona mayor con la movilidad muy limitada, a las oficinas de Bizilagun situadas en el Pasaje de las Antillas y que no pudieron entrar al encontrarse en el portal con una barrera arquitectónica que no pudieron superar. "Al llegar a la entrada nos encontramos con dos largos tramos de escalera y nos tuvimos que volver a casa sin hacer nada, pues mi madre no pudo subir las escaleras", asegura la mujer.
"Es vergonzoso que el Gobierno Vasco, que tanto exige a los propietarios particulares de viviendas para que coloquen en sus portales elevadores, ascensores, rampas... No cumpla con sus propias normas y exigencias", lamenta Argote, que además denuncia que no sabe si podrá realizar las gestiones en nombre de su madre, porque tras intentar durante tres días contactar telefónicamente con los responsables de de Bizilagun, aún no había conseguido que atendieran su llamada.
Cabe recordar que la asociación de personas con discapacidad de Álava, Eginaren Eginez, denunció el pasado mes la falta de previsión para hacer accesibles los nuevos barrios de Salburua y Zabalgana, que según el colectivo repiten algunos de los errores perpetrados en la ciudad consolidada. En su inspección, constataron puntos negros en los que se "incumple la ley de promoción de la accesibilidad". Entre ellos, los buzones de recogida neumática, que siguen siendo inaccesibles para ciudadanos en silla de ruedas, alcorques que carecen de protección y el peligroso firme para quienes usan muletas.