Madrid. La donación de cerebros, tanto enfermos como sanos, es imprescindible para avanzar en la comprensión del alzheimer y España, si bien aún está lejos de alcanzar el número de extracciones que se realizan en otros países, podría convertirse en diez años, según los expertos, también en líder en estas donaciones.
Y es que el tejido humano contiene todos los datos moleculares e información genética sobre ésta y otras enfermedades neurodegenerativas y su estudio constituye la base sobre la que poder desarrollar fármacos y estrategias terapéuticas, y establecer biomarcadores que permitan un diagnóstico precoz. En concreto, en España existen siete bancos de cerebros (dos en Madrid y en Cataluña y uno en Murcia, Navarra y Galicia), que en 2009 se estima recibieron 250 donaciones, y en pocos años habrá otros tantos en Asturias, Cantabria, Andalucía (Sevilla), Comunidad Valenciana (Alicante), Aragón (Zaragoza), Castilla-La Mancha (Albacete) y Castilla y León (Salamanca).
Uno de estos bancos está en el Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN), en el Centro Alzheimer de la Fundación Reina Sofía. El director de éste banco, Alberto Rábano, ha asegurado que España está aún lejos de países como Gran Bretaña, que cuenta con quince bancos, pero la donación de 250 cerebros en 2009 es un buen dato, teniendo en cuenta que se incorporó a este proceso en la década de los 90. No obstante, añade, es necesario intensificar la concienciación social. El tejido cerebral donado se extrae poco después del fallecimiento del donante y el procedimiento de extracción es equivalente a una autopsia neuropatológica. Éste consiste en la apertura del cráneo y, una vez que se ha abierto y separado el cuero cabelludo, en la retirada del cerebro, que un investigador a simple vista puede saber si está enfermo, pues, entre otras particularidades, tiene zonas más atróficas.
Tras la extracción (el cráneo y cuero cabelludo quedan en su posición normal con una sutura apenas visible), una parte del tejido se congela a muy baja temperatura y se archiva (la parte derecha) y otra parte se procesa para el diagnóstico (la parte izquierda). Esto es así porque la parte izquierda del cerebro es la dominante, según Rábano, quien recordó que el diagnóstico definitivo de esta enfermedad sólo se puede realizar una vez fallecida la persona (en vida el diagnóstico es sólo probabilidad).
Para hacer una donación se dispone de un tiempo máximo de 12 horas, si bien el mejor intervalo, desde el punto de vista molecular, está entre las dos y tres horas.