"tenemos que imaginarnos una sociedad nueva y disponemos de sólo diez años para cambiar el rumbo; nos jugamos mucho". Con esta clara advertencia, el urbanista Fernando Prats se refirió ayer en Vitoria al inexorable cambio global al que se enfrenta el planeta, fruto de los desmanes cometidos por la especie humana en los últimos tiempos. La Facultad de Letras de la UPV acogió el segundo diálogo del programa Ciclos de Paisaje, nacido el pasado mes de julio con el objeto de buscar respuestas a la amenaza que representan los actuales sistemas urbanos, por insostenibles.

Junto a Prats, el ingeniero de montes y ex director de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Gasteiz y la Diputación alavesa, Jorge Ozcáriz, recapituló a través del debate todas las estrategias urbanas que en los próximos años deberían reformularse para recuperar el equilibrio perdido. Cinco grandes esferas, más concretamente el control que se ejerza sobre ellas, jugarán el papel más determinante: El consumo energético, la edificación y el consumo de suelo, la biodiversidad urbana, los ciclos de materiales, la movilidad y la contaminación. Según ambos expertos, el objetivo final pasa por "reducir la huella ecológica" generada por ciudades cada vez más ineficientes y que operan cada vez más como ecosistemas abiertos con costes inviables de energía, suelo, recursos o residuos. Prats y Ozcáriz son los autores del informe Cambio Global en España 2020/2050, Programa Ciudades, un documento que pretende ir más allá a la hora de dibujar los paisajes urbanos del futuro y que ha causado un importante impacto en el ámbito europeo. "La batalla en favor de la sostenibilidad se juega en las ciudades, donde viven los grupos humanos capaces de propiciar el cambio", resume Prats.

Las perspectivas, a juicio de ambos, no son a día de hoy nada halagüeñas. El planeta, según recuerdan en su trabajo, ha experimentado a lo largo de la historia cambios sustanciales debido a sus propias dinámicas o las catástrofes naturales; siempre, eso sí, en períodos de tiempo a escala geológica, lo que ha posibilitado la adaptación y supervivencia de sus ecosistemas. Sin embargo, los cambios globales producidos en la actualidad tienen a la especie humana como causa principal "y se están desarrollando a un ritmo tal que los tiempos de reacción se acortan". Prueba de ello, sostiene el informe, lo constituye el ritmo de extinción de especies, que se estima en unas 100 cada día. Algunas previsiones apuntan a que, con esta tendencia, a mitad de siglo habrán desaparecido el 30% de las especies existentes. "Se necesitan cambios profundos en la toma de decisiones, no meras operaciones de cosmética", sintetizó Luis Andrés Orive, coordinador del programa.

Prats y Ozcáriz abogan por el diseño de un Estatuto Global de Sostenibilidad Urbana para propiciar el cambio de ciclo histórico, sacando partido de las amplias competencias de los Ayuntamientos. El primero, desde fuera, ve a Vitoria en muy buena posición. Pero el tiempo tampoco es eterno. La reducción de la factura energética, por ejemplo, debería rozar el 30% en 2020 y el 90% en 2050. "Sabemos que se puede hacer, pero nadie sabe cómo. Tiene que darse un mix institucional y ciudadano muy potente", considera Prats.