vitoria. El Departamento de Interior del Gobierno Vasco cuenta ya dentro de la Ertzaintza con una unidad específica para delitos medioambientales. El grupo, que está integrado por seis agentes adscritos a la división de Seguridad Ciudadana, intervendrá en la investigación de incendios forestales, vertidos de residuos o contaminación acústica, entre otros, aspectos en los que en Euskadi siempre han existido lagunas, a tenor del elevado número de denuncias que se archivan por falta de pruebas.
En respuesta a una pregunta presentada por Aralar en el Parlamento Vasco, el consejero Rodolfo Ares ha confirmado que la Policía autonómica "cuenta ya" con un grupo de agentes con mayor conocimiento en esta materia "para que actúen en la persecución, investigación o esclarecimiento de delitos contra el medio ambiente". Ares no descarta la ampliación de esta unidad, que en un futuro podría pasar a formar parte de la división de lo criminal.
La intención es que este grupo de seis agentes colabore con el conjunto de miembros de la Ertzaintza en la investigación de delitos medioambientales. Quienes la integran están recibiendo una formación específica que les permitirá desarrollar este trabajo "con la máxima eficacia", si bien recordó Ares que el resto de los miembros de la Policía vasca, conformado por 7.750 personas, continuará trabajando en la persecución de este tipo de infracciones, como lo han venido haciendo hasta ahora.
Sin embargo, en la Comunidad Autónoma Vasca siempre ha existido una gran indefinición a la hora de tratar delitos de esta índole. Cabe recordar que aunque la situación ha mejorado, a principios de la década el 90% de las denuncias medioambientales se archivaban por falta de pruebas. El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil, y la UPV han sido hasta ahora los dos puntos de referencia para los fiscales vascos cada vez que abordaban asuntos de este tipo. Ellos, los fiscales, han sido precisamente los principales demandantes de la creación de una unidad específica, junto con los grupos ecologistas, por considerar que adoptar una medida así agilizaría notablemente el ritmo de la investigación.
La memoria del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, correspondiente al ejercicio 2008, constata un incremento notable de denuncias medioambientales, principalmente relacionadas con la contaminación acústica. Ésta será precisamente una de las principales áreas de actuación de la unidad recién creada, junto con la investigación de vertidos causados por empresas o la existencia de vertederos presuntamente ilegales. Igualmente, este grupo especializado tendrá un peso importante en la prevención de incendios, así como en las investigaciones que se deriven de este tipo de sucesos.
En otras comunidades como en Cataluña ya existe una unidad específica que se encarga de perseguir delitos medioambientales. El Cuerpo de Agentes Rurales -así se llama- se creó en el verano de 1987 y actualmente cuenta con 600 funcionarios que tienen encomendados desde trabajos de apoyo a la gestión del medio natural -control y seguimiento de aprovechamientos forestales, reforestaciones, tratamientos silvícolas, censos y seguimiento de poblaciones de fauna y flora protegidas-, hasta los servicios más arriesgados de antifurtivismo o todos los citados anteriormente, como la investigación de incendios.
descoordinación En Euskadi, la existencia de distintas policías como los Miñones, la Ertzainza o la Policía Municipal generaba cierta descoordinación, lo que en ocasiones conllevaba que ciertos delitos quedaran impunes. En vista de ello, Aralar, a través de Dani Maeztu, presentó el pasado año una propuesta para crear dentro de la Ertzaintza una sección especial. Tras varios debates en el Parlamento Vasco, la idea fue consolidándose gracias a una enmienda pactada entre socialistas y populares. En estos momentos, Interior asegura que está estudiando la ampliación del número de agentes.