vitoria. Nadie se encuentra a salvo de dar un mal paso, de sufrir una distracción o de protagonizar una imprudencia cuando asume el rol de peatón. Un despiste, el volumen de los auriculares demasiado elevado o una temeridad cometida por un vehículo de cualquier tipo que no frene ante un paso de cebra o que arriesgue demasiado con el disco en rojo, puede acabar en accidente. Las estadísticas que sobre el tráfico ofrecen las instituciones resultan alentadoras, ya que hablan de un notable descenso en el número de fallecidos en carretera y de una mayor concienciación ciudadana en materia de seguridad vial, pero la advertencia implícita en los datos publicados por el Gobierno Vasco es clara: el descenso de víctimas entre los viandantes es menor que el registrado en el resto de los accidentes de tráfico. El asfalto es cada vez más seguro. Las aceras, no tanto.
Al observar las curvas de evolución de la siniestralidad en las carreteras de la CAV se aprecia una clara tendencia a la baja en todos los aspectos. De acuerdo con los contenidos del nuevo Plan Estratégico de Seguridad Vial de Euskadi 2010-2014, la tasa de personas por millón de habitantes fallecidas en el plazo de 30 días después de tener lugar un accidente por cada millón de habitantes, se desploma ejercicio tras ejercicio. En 2003 llegó a su techo, con 111,5 muertos, pero a partir de esa fecha el tobogán descendente ha resultado imparable. En sólo un año cayó al 81,3, en 2007 se fue hasta los 62,9 y en 2008 marcó 51,2. Finalmente, en 2009 se registraron tan solo 40,7 fallecimientos, con lo que se dio por alcanzado y superado el objetivo marcado para el Plan 2007-2010.
En otro de los apartados, el correspondiente a la tasa de personas fallecidas a 30 días en accidentes de tráfico por cada mil siniestros con víctimas ocurridos en la CAV, las noticias también son alentadoras. El descenso dentro de este capítulo resulta más suave, aunque significativo. El Servicio de Estadística de Lakua establece que de las 30,3 muertes contabilizadas dentro de la gráfica de 2003 se pasó, en 2008 a 17,7. En 2009, el último ejercicio del que se disponen datos, la cifra disminuyó a 16,1.
La curva asociada al índice de viandantes fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes se muestra, sin embargo, más sinuosa. En 2003 marcó 16,8 muertes, cifra que se elevó a 18,3 al año siguiente hasta llegar a 18,3 para acto seguido descender en 2006 a 9,9. En 2007 se produjo un repunte que elevó la tasa a 13,2 y desde entonces hasta ahora ha caído de manera ininterrumpida hasta los actuales 7,5 fallecimientos. El porcentaje de peatones heridos graves en accidente por millón de habitantes descendió, por su parte, de forma notable entre 2005 y 2008, ejercicio en el que marcó un 72,8, pero a lo largo de 2009 aumentó algo más de tres puntos para ubicarse en un 76,1.
Las gráficas, elaboradas a partir de las informaciones aportadas por las guardias urbanas de Vitoria, Bilbao y Donostia, confirman de esta manera un descenso en el volumen de heridos y fallecidos entre los ocupantes de los vehículos, pero advierten de que "la tendencia en el descenso de víctimas mortales o heridas graves es más atenuada en las personas viandantes". Por ello, el nuevo Plan Estratégico de Seguridad Vial 2010-2014 prestará especial atención a la formación, sensibilización y concienciación de los sectores de población más vulnerables. Las campañas educativas se centrarán en ellos, así como los "retos de futuro" contemplados dentro del documento.
largo listado de atropellos Dentro de la capital alavesa el goteo de atropellos a viandantes es constante y el listado de víctimas extenso. Los atestados que elabora la Policía Local de la capital alavesa recogen continuamente arrollamientos y no es necesario remontarse mucho en el calendario para comprobar que es necesario extremar las precauciones al descender de las aceras de Vitoria.
El pasado 13 de agosto se produjo un atropello en la calle Rioja cuando una niña de cuatro años salió a la calzada desde el hueco que dejaban un contenedor y una furgoneta. El turismo implicado circulaba a velocidad reducida y la menor se golpeó con el lateral del mismo. El 16 de agosto, en la calle Castillo de Bernedo una mujer de 89 años fue atropellada por una bicicleta que conducía un hombre de 31 años.
Pero estos siniestros no sólo tienen lugar dentro del término municipal de Vitoria. El 28 de julio, una mujer que caminaba por la carretera A-124 a su paso por Laguardia perdió la vida al ser arrollada por un turismo. Finalmente, el tranvía también se ha convertido en protagonista de varios atropellos a peatones. El primero de 2010 tuvo lugar el tres de enero.