La memoria colectiva recuerda a la perfección la oleada de incendios que sacudió a la provincia el 22 de julio del pasado 2009. Un episodio que, según los recuentos oficiales, concluyó con más de 4.000 hectáreas de masa forestal quemadas entre la provincia de Álava y Trebiño. Aquella jornada de verano dejó un panorama por momentos, caótico. Los focos se extendieron de forma imparable por el territorio, con al menos cinco incendios que se activaron progresivamente y que se cebaron con el entorno del pantano de Ullibarri Gamboa y Trebiño. No hubo heridos. Sobre las 14.10 horas se registró el inicio de esa jornada infernal. Las chispas se activaron en tres puntos situados a poco más de diez kilómetros de Vitoria en dos sentidos diferentes, al norte y al este: por un lado, el fuego se localizó entre Durana y Mendibil, cerca de Miñano y la carretera N-240, así como en Arroiabe, en las proximidades del club náutico del embalse. La situación obligó a desalojar a los bañistas y embarcaciones y a evacuar a vecinos de estos núcleos y Nanclares de Gamboa. El tercer foco afectó al pueblo de Etxabarri Urtupiña, en el entorno del parador de Argomaniz. Se necesitaron tres días para extinguir todas las llamas.