ROQUE Pasqual, de 52 años y vecino de Santa Coloma está casado y es padre de dos hijos. En el momento del secuestro era un "peso pesado" dentro de la organización Barcelona Acció Solidaria, donde ejercía como vicepresidente económico y se erigió en un personaje "clave" en el funcionamiento de la ONG, según señalaron sus compañeros. En el momento del secuestro era Pasqual quien conducía el vehículo y estaba organizando una porra sobre el resultado del clásico del fútbol, un Barcelona-Madrid.
Los que le conocen y compartieron caravanas con él no dudan a la hora de asegurar que es una persona muy enérgica, vital y entregada a las causas que defendía sin darse un descanso.
"Genera mucha empatía", señalaba uno de sus más estrechos compañeros, que ha resaltado que siempre lo estaba organizando todo, lo que le convertía en el "motor" de las caravanas solidarias. Para él el momento más importante de la caravana es la noche, cuando todos los participantes confraternizan hablan y se relacionan a la hora de la cena.
De hecho, Pascual realizaba su séptima expedición humanitaria en aquella zona. Pascual era el encargado de la logística y coordinaba todo el material que se transportaba.
Vinculado toda la vida a la población de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), donde le une una estrecha amistad con la actual alcaldesa Nuria Parlón, Pascual era en el momento del secuestro consejero delegado de la empresa local Gecoinsa, creada en 1987, dedicada al sector de la construcción y que cuenta actualmente con una plantilla de unos 150 trabajadores.
Precisamente, Pascual abría siempre las puertas de Gecoinsa en Santa Coloma de Gramenet para que sus edificios sirvieran de almacén improvisado del material que la ONG trasladaba en sus caravanas solidarias.
Hombre polifacético tanto dentro como fuera de la caravana, su pasión para defender a los más necesitados le llevó a ser patrono de la Fundació Tallers de Catalunya, un centro que ayuda a personas con discapacidades psíquicas a acceder al mundo laboral.
Roque Pascual también era en el momento en que aconteció el secuestro administrador del Complejo Deportivo Torribera, que acababa de empezar a trabajar con una escuela deportiva en una población de Senegal.
Asimismo, vivió de forma muy personal el caso Pretoria por su amistad con la mayoría de los implicados.