Vitoria. La mayor parte de las incidencias que los sanitarios atienden durante las fiestas se debe a traumatismos -134 de las 359 contabilizadas-. Un resbalón encima de los cristales de las botellas de cava o una contusión producida por su descorche son motivo suficiente para arruinar la fiesta a más de uno durante La Blanca. Pero, además, la ingestión de alcohol en exceso o el abuso de drogas puede desembocar en episodios de urgencia. En concreto, un total de 42 adultos han sido atendidas hasta la fecha por intoxicación etílica en los puestos de socorro que el Consistorio vitoriano ha instalado durante fiestas en diversos puntos de la ciudad. La mayoría de este tipo de incidencias se produjo el día de la llegada del aldeano de Zalduondo. A esa cifra hay que sumar la que habla de menores. En concreto, dos de ellos requirieron la ayuda del equipo médico situado en General Loma y en Plaza España. La fecha fue la misma que las anteriores: el día 4.

Pero además del alcohol, durante las celebraciones también se abusa de todo tipo de drogas, especialmente durante el viernes y el sábado. Llama la atención que del total de atenciones por intoxicación por estupefacientes (32), 15 se han correspondido con consumos de menores y 17, se adultos. Aparte de las atenciones efectuadas en los campamentos médicos, 21 personas necesitaron ser trasladadas al Hospital Santiago y otras 11 al de Txagorritxu.

Todos ellos se aguaron la fiesta ellos mismos. La juerga se les fue de las manos. Podían habérselo pasado en grande, pero se pasaron con las copas de más o con lo que fumaron o esnifaron. Un descontrol que a menudo sucede cuando los brindis se hacen por la patrona de la capital alavesa.

En cuanto a los traumatismos, 134 gasteiztarras ya comenzaron con mal pie los festejos patronales entre cortes por vidrios y golpes, en su mayoría -72- producidos durante el descenso de Celedón.