En 1693 Edmund Halley, que se hizo famoso por describir la órbita del cometa que lleva su nombre, al estudiar los eclipses mencionados por Claudio Tolomeo en su obra Almagesto llegó a la conclusión de que el movimiento de la Luna en torno a la Tierra se estaba acelerando.

Estamos tan acostumbrados a pensar que el movimiento de la Tierra en torno a su eje varía muy lentamente y que tan sólo se nota en periodos geológicos que resulta muy difícil hacerse a la idea de que la duración del día ha cambiado en época histórica. Pero así es. Las mareas hacen que cada siglo el día se alargue 1,45 milisegundos. Parece poco, pero en 2.000 años se acumulan tres horas de retardo.