Vitoria. La cuenta atrás agota poco a poco el tiempo que resta antes de que el vaso de la paciencia de los hosteleros se colme y rebose en forma de huelga coincidente con el Azkena Rock Festival y con el Campeonato de Europa de Triatlón. Una situación que, a tenor de las manifestaciones realizadas ayer por ambas partes, ni la patronal ni los sindicatos quieren que se produzca y que si finalmente se soluciona será in extremis, en opinión de todos sus protagonistas. "Hasta última hora de mañana no me doy por vencido", aseguraba ayer el representante de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Álava, Pedro Castellanos. "Una huelga sería un fracaso, porque significaría que no hemos sido capaces de llegar a un acuerdo, pero es nuestra última arma", replicaba la portavoz de CCOO, Conchi Castillo.
De acuerdo con la versión que ayer por la mañana ofreció Castellanos, en los últimos días se han producido diversos encuentros entre la patronal y los sindicatos. Unas reuniones en la que las dos partes en conflicto "han realizado significativas y notables rebajas" con respecto a sus posturas iniciales. "Ha habido mucho movimiento y se han desbrozado muchas ramas antes de que se alcanzara el nudo gordiano. Ahora toca enfrentarse a las cuestiones importantes y confío en que pueda darse un acuerdo. De hecho, hasta última hora de mañana no me doy por vencido", manifestó ayer. Aunque la mesa negociadora no se ha reunido oficialmente desde mayo, el portavoz de los empresarios explicaba que el trabajo "de cocina" se ha producido "por detrás". En cuanto al acuerdo en sí, Castellanos señaló que la política de la patronal "no es férrea", lo cual podría dar lugar a un convenio "lo más aséptico posible y de transición para este año". Un pacto que tenga lo menos posible que ver con la reforma laboral que el gobierno central acaba de publicar, con el fin de entrar en conflictos a lo largo de los próximos años, tanto si se mantiene como si desaparece.
"Si ha habido conversaciones nosotros no hemos participado en ellas. Castellanos no nos ha llamado desde finales de mayo, cuando nos reunimos en la mesa por última vez", garantizaba la representante de ELA Ziortza Bocanegra. La única cuestión que al día de ayer tenía clara esta portavoz sindical era que la propuesta de la patronal, la misma que se puso por primera vez sobre la mesa negociadora, posteriormente se retiró para evaluar la oferta de los sindicatos y finalmente se retomó ante el anuncio de la reforma laboral del gobierno central, "es inaceptable".
Bocanegra aseguró que "si se han producido avances no ha sido sobre el papel, de manera que no sirven para nada", aunque se confesó optimista al reconocer su confianza "en que haya una solución".
Carmen Auñón, de UGT, insistió en que "no es verdad" que se hayan llevado a cabo acercamientos ni negociaciones. "Pedro tiene una forma muy particular de negociar y es capaz de comentarte los temas cuando te encuentra por la calle, pero eso no nos sirve de nada. No hay ninguna propuesta en firme", aseveró. A su entender, los planteamientos de los sindicatos son perfectamente asumibles, ya que sólo contemplan el mantenimiento del poder adquisitivo y una mejora de los salarios "en la medida de lo posible" más las cuestiones de las licencias y la distribución de la jornada laboral. Tal y como explicó, únicamente se plantea un convenio de transición por un año. "Si nos ponen un acuerdo digno encima de la mesa, lo firmaremos. No queremos dañar un evento ni la imagen de la ciudad", reconoció.
"Es posible que estén hablando con sus clientes, los dueños de los bares, para tratar de desbloquear la huelga, pero con nosotros no han hablado", manifestó Castillo, de CCOO. La representante de este sindicato apuntó que "las negociaciones no están rotas", si bien precisó que "hace veinte días dejamos de reunirnos y no se ha vuelto a hablar ni una palabra". Castillo, que atesora una dilatada experiencia en firmas de convenios con la patronal de hostelería -que siempre han tenido a Pedro Castellanos como interlocutor-, explicó que todos los acuerdos se han firmado in extremis, "incluso a las doce de la noche".
Choches Andueza, de LAB, puntualizó que, pese a formar parte de los sindicatos convocantes de la huelga, el suyo carece de representación directa en la mesa y sus representantes tienen voz, pero no voto. "Por ello, sería extraño que la patronal se hubiese puesto en contacto con nosotros para negociar", asumió. La portavoz sindical consideró probable que la Asociación de Empresarios de Hostelería esté dando pasos para tratar de solventar la difícil papeleta que se cierne sobre el sector en cuestión de horas, pero reconoció que "a nosotros no nos ha llegado nada".