BILBAO. Sólo el 43% de los usuarios de bombonas de gas revisa sus instalaciones en Euskadi, mientras que el 100% de quienes utilizan gas canalizado y depósitos de gas propano se someten a las inspecciones exigidas por el Gobierno Vasco.

En Euskadi, existen 722.210 usuarios de gas en diferentes modalidades: 557.629 corresponden a gas canalizado, principalmente gas natural,, 137.000 a botellas de butano y 27.581 a depósitos de propano.

El Departamento de Industria, Innovación, Comercio y Turismo controla todos los años que las empresas suministradoras de gas cumplan con su obligación de inspeccionar las instalaciones de los usuarios cada cuatro años. Anualmente, se comprueban todas las instalaciones cuya última revisión o instalación se realizó cuatro años antes.

El control practicado durante 2009 terminó con resultados "muy positivos". Así, de gas canalizado se inspeccionaron un total de 114.694 instalaciones y se revisaron todos los depósitos de propano. énicamente se han detectado incumplimientos en los usuarios de botellas de gas ya que de los 14.677 que debieron someterse a la revisión exigida por la ley, sólo lo hizo aproximadamente el 43%.

El Departamento dirigido por Bernabé Unda prevé un descenso de este incumplimiento con el Decreto aprobado en 2009 por el Gobierno Vasco que desde principios de año incluye la responsabilidad de contratar las revisiones de las instalaciones con botella, principalmente, de butano. Anteriormente, correspondía a los usuarios esta tarea, pero ahora se responsabiliza la empresa distribuidora. De este modo, cuando un usuario de bombona de gas solicite alguna unidad a la empresa, esta última tendrá que controlar que el cliente se ha sometido a la revisión obligatoria. En el caso contrario, le advertirá de su incumplimiento y le cortará el suministro.

El nuevo procedimiento consigue un mayor número de revisiones, evita la actuación fraudulenta de empresas que suministran a usuarios menos informados y disminuye el riesgo de accidentes, actualmente muy bajo en Euskadi. De hecho, en lo que va de año sólo se han producido dos accidentes, uno provocado por explosión de gas butano en Lekeitio, y otro, por intoxicación de gas natural con instalación de la caldera en el interior de una vivienda de Vitoria.

En 2009 se registraron 4 accidentes: 3 fueron consecuencia de intoxicaciones por monóxido de carbono y el otro fue de carácter leve, producido por una pequeña fuga de gas. Estas cifras contrastan con los registrados desde el año 2003, con un total de 56 accidentes, de los cuales 38 ocurrieron en instalaciones con botellas de gas. Las consecuencias fueron cuatro personas muertas, 30 heridas graves y 59 heridas leves.

El Gobierno vasco pretende eliminar el riesgo de las instalaciones facilitando la revisión cada cuatro años a través de los suministradores, y recomendando su mantenimiento cada dos años. Así, se pretende reducir en un 16,1 % los defectos graves detectados en las botellas de gas butano y en un 2% y un 0,7% en los casos de gas natural y depósitos de propano, respectivamente.