vitoria. El humo se llegó a ver desde la capital alavesa poco después de las 16.00 horas. Entonces, los recuerdos de las cientos de hectáreas calcinadas en las inmediaciones de la capital y en Trebiño el pasado año activó todas las alarmas. Desde los puntos de control de la Diputación alavesa se movilizó al personal adecuado para investigar el origen de la siniestra estela. Se descubrió enseguida. Un incendio en la parte guipuzcoana de la sierra de Elgea estaba afectando a una zona de pastos en las inmediaciones del parque eólico que campea en la cima. Al parecer, una quema en principio controlada se descontroló. Y ahí empezaron los problemas.

Según indicaron a este diario fuentes forales, el fuego acabó con un terreno de entre seis y ocho hectáreas. Por fortuna, los responsables de la extinción del incendio no temieron en exceso por su expansión ya que, según indicaron, las llamas se localizaron en una zona encajonada entre dos cortafuegos habilitados con anterioridad. Además, los efectivos de los retenes guipuzcoanos pudieron acceder con sus equipos a la zona caliente poco después de las 18.00 horas. Tal circunstancia tranquilizó a los responsables de sofocar el incendio. De ahí que no temieran por peores consecuencias. En cualquier caso, desde el Ejecutivo alavés se decidió personar en la zona limítrofe entre Gipuzkoa y Álava a varios guardias forestales y a técnicos para comprobar la inocuidad del suceso. A última hora de ayer permanecían en el lugar una dotación alavesa, una guipuzcoana y un tanque de agua a la espera de que el fuego muriera por sí mismo. Una primera valoración apunta a un intento de quema de pastos que, al final, se descontroló.

Incendio en Fontecha En otro orden de cosas, efectivos de los retenes de Bomberos de Espejo y de la burgalesa localidad de Miranda de Ebro tuvieron que intervenir ayer para sofocar otro incendio que afectó a unos 150 metros. Éste se produjo entre las localidades de Fontecha y de Lantarón. Al parecer, la acumulación de la pelusa procedente de los olmos que abundan en la zona propició, sin saber cómo, el inicio de un fuego que fue controlado con celeridad.